“Esperá a que convivan unos años y vemos”, es una frase que resuena una y otra vez como estigma para los recién casados. Pese a que queremos hacer caso omiso a la premisa “casado = nunca más sexo”, sabemos que vamos a tener que lidiar con la rutina del amor. Si bien San Valentín nos une en una cena romántica, regalos y mimos, ¿qué pasa con el resto del año?
La magia del deseo comienza a desvanecer cuando tenemos la alianza puesta y es que la seducción parece esfumarse cuando ya creemos tener al otro atado a nuestro lado. Sin embargo, no debemos olvidarnos que la pareja se construye todos los días-
Una de las quejas más comunes de los matrimonios de hoy día es el que se resume en la frase “no tengo tiempo y no tengo ganas”. Entre el trabajo, los niños y sus actividades, las obligaciones de la casa, las horas de televisión y el gimnasio, el sexo queda relegado al último lugar. Con suerte llegamos con ánimo al domingo y con el tiempo pasan hasta varios meses sin lograr encontrarnos. Por ende, ¿qué se puede hacer al respecto?
• Agendar un día de la semana para el encuentro. Programar el sexo no tiene nada de malo, todo lo contrario. Lo ubicamos dentro de la agenda tan abultada de la semana y esa noche, los niños con la abuela, el teléfono desconectado y la tele sin encender.
• Enviar mensajes hot. Es ideal durante el día contarle al otro qué van a hacerse a la noche. Una foto sexy sugiere y alimenta el deseo también.
• Susurrarle cosas al oído frente a terceros. Con el primer encuentro de la pareja y con gente aun alrededor, decir palabras obsenas en secreto sin que nadie lo note genera esa pasión de los primeros encuentros y despierta el buen humor.
• Llevarse la cena a la cama. Los jueves, por ejemplo, pueden ser un buen día para realizar un “picnic sexual”. Comemos, tomamos, conversamos y nos miramos a los ojos. Entre las sábanas, con un mantel, como si fuera al aire libre, pero eso sí, totalmente desnudos. Debemos cambiar el hábito de acostarnos a mirar una película sin siquiera mirarnos y terminar dormidos del cansancio.
• Activar la “Cajita feliz”. En la actualidad hay muchísimos productos que alimentan a la pareja. Ya no son vistos como necesidad por una falta, sino como un condimento que despierta y promueve nuevas sensaciones aún con esa persona que te acompaña hace tantos años. Perfumes con feromonas, aceites para masajes y tantos otros que nos permiten innovar y desinhibirnos.
• Volver a lo lúdico. No hay que olvidarse que para activar la seducción y el deseo debemos jugar un poco para recuperar y la complicidad, la risa, alejarnos un poco de nosotros mismos para así vernos mejor.
• No caer en la queja y animarse a más. Podemos cambiar posiciones, lugares, aromas palabras. Todo depende de nuestra voluntad y permiso. Pero hay que accionar. Si aprovechamos la gran ventaja de vivir con una persona que ya nos conoce de memoria, perderemos la timidez, nos atreveremos a experimentar, jugar y divertirnos con nuestras fantasías más osadas.
*Mariela Tesler es Sex Coach