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Sin tratamiento, una de cada 5 personas con fibrilación auricular puede sufrir un ACV

La FA aumenta cinco veces el riesgo de sufrir un ACV (Foto: Tu médico)

Palpitaciones, fatiga, debilidad, dificultad para respirar, desmayo y dolor en el pecho pueden ser señales de fibrilación auricular (FA), una arritmia cardíaca que es más frecuente con la edad y que incrementa hasta cinco veces el riesgo de padecer un ACV. Cifras mundiales alertan que el desorden está en aumento por el envejecimiento de la población, ya que alcanza entre al 6 y el 7% de las personas mayores de 60 años y hasta al 9% de quienes superan los 80. Si bien un electrocardiograma puede diagnosticar este desorden, no todos los pacientes presentan FA de manera constante, por lo que también se usan para el diagnóstico desde holters a modernos dispositivos subcutáneos que realizan registros de manera constante. Por este problema creciente, especialistas argentinos participaron de un simposio médico en la ciudad de Mendoza y compartieron estrategias para la detección de esta arritmias, así como los últimos avances para disminuir su potencial impacto.

“Sin un tratamiento oportuno, uno de cada cinco personas con fibrilación auricular puede presentar un ACV”, señaló el doctor Sergio Dubner, médico cardiólogo electrofisiólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología. El experto agregó que esta arritmia alcanza al 2,5% de la población mundial y a uno de cada cuatro mayores de 55 años.

Durante la FA, las aurículas del corazón no bombean toda la sangre dentro de los ventrículos, lo que puede generar un coágulo de sangre o trombo por acumulación, que si se desprende o viaja al cerebro es susceptible de causar un ACV isquémico. Por eso, uno de los tratamientos para esta arritmia son los anticoagulantes. El medicamento estándar es la warfarina, que se emplea desde hace 50 años y que requiere constantes monitoreos, porque el objetivo de este tipo de drogas “es licuar la sangre del paciente, para que su coagulación no esté alta como para generar trombos ni tan baja para derivar en un sangrado”, explicó la doctora María Esther Aris Cancela, miemtro titular de la Sociedad Argentina de Hematología y especialista en Medicina Interna.

Lograr este equilibrio no siempre es fácil y requiere de un control constante para adaptar la dosis, ya que un error podía provocar riesgos de sangrado, con consecuencias potencialmente mortales. Es por eso que desde hace cuatro años se emplea en Argentina otra droga llamada debigatrán etexilato, un comprimido oral que según especificó Aris Cancela “no requiere monitoreos de coagulación, ya que al presentar menor riesgo de sangrado los pacientes se adaptan a una dosis única”.

Sin embargo, más allá de que estos compuestos de última generación “reducen en un 50% el riesgo de hemorragia en el sistema nervioso central “no todos los pacientes con fibrilación auricular son candidatos a recibirlos, explicó la experta. Quienes no deberían tomarlos son las personas con trastornos en la coagulación y los pacientes jóvenes con un corazón sano, condiciones que siempre deben ser confirmadas por el médico. Los que sí son candidatos seguros son quienes ya sufrieron un stroke, porque según explicó Aris Cancela “estas drogas previenen ACVs recurrentes dentro del mismo año de haber sufrido el primer evento”.

En relación al diagnóstico el doctor Luciano Sposato, médico especialista en Neurología Vascular quien actualmente trabaja en Canadá en el London Health Sciences Centre de la Universidad de Western Ontario difundió que en el exterior se están usando ”dispositivos que se instalan debajo de la piel de manera inyectable, sin necesitar incisiones, que son capaces de un monitoreo constante de la fibrilación auricular por cerca de 18 meses”.

Sposato, expresidente del Departamento de Neurología de INECO y principal invitado del simposio organizado por el laboratorio Boehringer Ingelheim, compartió que por estos avances “se redujo la prevalencia del ACV en los países desarrollados, pero en Argentina se duplicó entre el período 1979-2010”.

Por último informó que “mientras que en nuestro país los ACV ocurren principalmente desde los 65 años en adelante, en las naciones más ricas suelen aparecer 10 años más tarde, a partir de los 75”.

Para prevenir el stroke, las personas deben llevar una dieta sana con bajo contenido en sodio, ya que la hipertensión está estrechamente relacionada con los accidentes cerebrovasculares. Pero también deben ser conscientes de lo que le dicen los latidos de su corazón.

“En la consulta médica de rutina o en la farmacia, el paciente debería pregunta a quien le toma la presión si los latidos fueron regulares o irregulares. Si se dieron de forma irregular, ya puede sospechar de una arritmia y consultar al cardiólogo para más controles”, compartió Sposato. 

Por otra parte, lo que el médico argentino recomienda a la población es a “aprender a tomarse el pulso” para detectar irregularidades. “Se puede decir que la fibrilación auricular suena como una ‘batucada’ asincrónica que se filtra en el medio de un ritmo uniforme. Cuando se escucha, la persona debe sospechar de alguna arritmia”, concluyó.

Por último, Sposato, quien presentó más de 170 trabajos de investigación científica en conferencias nacionales e internacionales, reveló que la FA “aumentó a nivel mundial, en parte porque se está diagnosticando, pero también por el envejecimiento de la población, etapa de la vida en la que esta arritmia es más frecuente”.

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