Una estrategia contra el sida desarrollada por un equipo estadounidense resultó eficaz durante varios meses en monos y abre la perspectiva de un tratamiento de efecto prolongado contra el VIH o de desarrollo de vacunas, anunció este miércoles la revista Nature.
Las vacunas tradicionales contra el VIH disparan la producción de anticuerpos para neutralizar el virus, pero incluso los anticuerpos de un alcance más amplio muestran una capacidad limitada para bloquear todas las cepas del virus.
La nueva estrategia, descrita por el investigador del Scripps Research Institute de Florida Michael Farzan y su grupo, consiste en producir réplicas de los receptores que utiliza el VIH para entrar en las células.
Esos receptores quedan enlazados al virus y minan su capacidad para infectar con efectividad a las células. La investigación describe una mezcla de proteínas receptoras y un péptido (eCD4-lg) que queda ligada con solidez al VIH y lo inactiva de forma irreversible.
Según los científicos, esa técnica puede inhibir un amplio rango de mutaciones del virus, incluidas aquellas que han mostrado mayor resistencia a los anticuerpos.
«Hemos desarrollado un inhibidor muy poderoso y de espectro muy amplio» que actúa sobre el VIH-1, es decir el principal virus del sida presente en el mundo, explicó Farzab a la AFP.
La sustancia desarrollada es el fruto de varios años de investigación realizada principalmente por el Scripps Research Institute, un centro de investigación sin fines de lucro con sede en Florida y financiado por el instituto público de investigación estadounidense especializado en enfermedades infecciosas (NIAID).
Este «compuesto» denominado eCD4-Ig, ofrece una «muy, muy fuerte protección», explicó Farzan, basándose en un experimento realizado con monos.
La experimentación realizada con macacos mostró que la sustancia, inyectada en una sola vez, era capaz de proteger durante al menos ocho meses del equivalente del sida para los simios.
Para garantizar el efecto prolongado, el eCD4-Ig fue asociado a un virus de tipo adeno-asociado (AAV), inofensivo pero capaz de introducirse en las células y hacerles fabricar indefinidamente la proteína protectora capaz de crear un efecto antisida de larga duración.
Tras ser tratados con ese cóctel, los macacos fueron sometidos a dosis de la versión simia del virus del sida (SHIV-AD8). Ninguno de los animales desarrolló la infección, contrariamente a los monos no tratados con eCD4-Ig y utilizados como testigo.
Los resultados publicados en Nature muestran una protección eficaz durante al menos 34 semanas, aún en presencia de dosis de SHIV cuatro veces superiores a las que fueron suficientes para infectar a los macacos testigos.
La experimentación será presentada durante la gran conferencia anual sobre retrovirus e infecciones oportunistas (CROI), prevista en Seattle (Estados Unidos), del 23 al 26 de febrero.
«Demostraremos que estos macacos siguen estando protegidos contra dosis de 8 a 16 veces superiores a la dosis infecciosa, más de un año después de su tratamiento», precisó Farzan a la AFP.
«Por supuesto, necesitamos hacer nuevos estudios tanto en los macacos como en los humanos», antes de puedan comenzar ensayos a gran escala, insistió Farzan.
Desde 1981, unos 78 millones de personas contrajeron el virus de inmunodeficiencia (VIH), que destruye las células del sistema inmunitario y deja el cuerpo expuesto a tuberculosis, neumonia y otras enfermedades oportunistas.
Treinta y nueve millones de personas murieron a causa de la enfermedad, según estimaciones de la ONU.
Los medicamentos antirretrovirales desarrollados a mediados de los años 1990 pueden tratar la infección, pero no logran curarla ni prevenirla. El tratamiento es de por vida y tiene efectos secundarios.