Tres de cada cuatro británicos apoyan que se prohíba fumar en los automóviles particulares donde viajen niños, según un sondeo de la empresa YouGov. Un 74% de los encuestados está a favor de tal restricción frente a un 10% que la desaprueba y un 11% que no sabe o no contesta.
Muchos doctores apoyan la medida, y así el presidente del colegio de médicos del Reino Unido, el profesor Steve Field, acusó la semana pasada a los padres que fuman en presencia de sus hijos de «abusar» de ellos. Su par del colegio de pediatras, el profesor Mitch Blair dijo estar a favor de la prohibición para garantizar la protección de la salud de los niños e instó al Gobierno a actuar, dado que el público en general está a favor de la iniciativa.
La inhalación de humo procedente de los cigarrillos que fuman otros ha sido vinculado a infecciones de pecho, ataques de asma y al llamado síndrome de muerte infantil súbita, entre otros problemas de salud. Ese humo puede ser veintisiete veces más tóxico respirado en un automóvil que en casa, según la Facultad de la Salud Pública, organismo que representa a especialistas en sanidad, académicos y a ayuntamientos.
Aunque puede preocupar a los políticos el hecho de legislar en materias relacionadas con el «espacio privado», el cumplimiento de la obligación de llevar atado el cinturón en los coches demuestra que los británicos acatarían tal prohibición. Según el Ministerio de Salud, «la mayoría de las personas saben de los peligros que tiene el fumador pasivo, especialmente si se trata de niños, y es importante que los padres se responsabilicen de la salud de sus hijos».