Una terapia experimental que usa la bacteria listeria para infectar células del cáncer de páncreas y administrar fármacos para acabar con el tumor mostró prometedores resultados en las investigaciones realizadas en el laboratorio con animales, según afirmaron un grupo de científicos estadounidenses.
Mientras que todavía se desconoce si el método podría funcionar en humanos, los investigadores del Colegio de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva, en Nueva York, afirmaron que estaban alentados por la capacidad del proceso para detener el avance del cáncer, conocido como metástasis.
«En este punto, podemos decir que tenemos una terapia que es muy efectiva para reducir la metástasis en ratones», afirmó la coautora del estudio Claudia Gravekamp, profesora asociada de microbiología e inmunología en el Einstein.
La técnica experimental, descrita en la revista de las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, funciona utilizando una forma debilitada de listeria, que en su forma más salvaje puede causar enfermedades transmitidas a través de alimentos.
El 90% de los ratones con cáncer de páncreas que fue tratado con esta técnica no mostró evidencia de que el cáncer se extendiera tres semanas después del tratamiento.
Los investigadores detuvieron el experimento a los 21 días porque éste es el punto en el los ratones del grupo de control, que tenían cáncer pero no habían sido tratados, comenzaban a morir.
El cáncer de páncreas tiende a expandirse rápidamente por el cuerpo y es particularmente letal, puesto que sólo se descubre una vez que ha avanzado más allá del páncreas.
Los pacientes que no reciben tratamiento normalmente mueren entre tres y seis meses después y la tasa de supervivencia de cinco años después se encuentra en tan sólo un 4%.
Los investigadores pusieron radioisótopos, comúnmente utilizados en la terapia contra el cáncer, a la bacteria. La bacteria radioactiva infectó entonces las células cancerígenas pero no las normales.
El tratamiento detuvo el avance del cáncer en la mayoría de los casos, y pareció no tener efectos secundarios en los ratones, pero se necesita más investigación para ver si podría extenderse el tiempo en que éstos sobreviven.
«Con más avances, nuestra aproximación tiene el potencial de iniciar una nueva era en el tratamiento del cáncer pancreático metastático», afirmó Gravekamp.
Estos investigadores son los primeros en haber probado el concepto en modelos animales.