Las bebidas gaseosas azucaradas aumentan en un 20% el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular (ECV). Así lo indica un estudio publicado recientemente en la revista científica Circulation. Los resultados muestran que también incrementan el nivel de grasas y de sustancias inflamatorias en la sangre. Estos efectos pueden presentarse aunque se ingieran cantidades moderadas e incluso cuando se bebe tan sólo una lata por día.
Por su parte, las bebidas light no demostraron tener este impacto perjudicial sobre la salud cardíaca, a pesar de que otras investigaciones anteriores las asociaron con el aumento de peso y la enfermedad metabólica.
El hallazgo tiene una repercusión muy importante a nivel de la salud pública, dada la gran popularidad y consumo de gaseosas –tanto en los países más desarrollados como en los países emergentes– que resulta de su bajo costo.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard evaluaron a un grupo de 42 mil hombres durante 22 años, para analizar la relación entre el consumo acumulativo de bebidas gaseosas (normal y light) y el riesgo de desarrollar ECV. Desde 1986 y cada dos años, los participantes respondieron un cuestionario sobre hábitos alimentarios y salud.
Durante el período que duró el estudio se registraron 3683 casos de ECV. Aquellos hombres que estaban en el rango superior de consumo de gaseosas tuvieron un riesgo de enfermar 20% más alto que los que bebían menor cantidad, aún después de considerar otros factores de riesgo como la edad, los antecedentes familiares, el tabaquismo, la obesidad y el sedentarismo.
También la ingesta excesiva de estas bebidas se asoció con niveles más elevados en la sangre de triglicéridos y de moléculas que participan en los procesos inflamatorios, como la proteína C reactiva, la interleukina 6 y el receptor del factor de necrosis tumoral. Esto podría explicar la inflamación de las paredes arteriales, que constituye un mecanismo para el desarrollo posterior de ECV.
Ya se conocía que las gaseosas favorecen el desarrollo de la diabetes tipo 2. Los resultados de este nuevo estudio agregan ahora una razón adicional para suprimir su consumo y priorizar la ingesta de agua. Los expertos sugieren también que los médicos aconsejen a sus pacientes suprimir estas bebidas, de la misma forma en que recomiendan dejar de fumar y hacer ejercicio.