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Una reunión para pensar en políticas de salud a largo plazo

Reconociendo la creciente carga de las enfermedades no transmisibles (ENT) en todos los países, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebrará una reunión de alto nivel sobre las ENT el 19-20 de septiembre del 2011. Esta será la segunda conferencia global de la ONU sobre salud. La primera tuvo lugar en 2001, cuando los líderes mundiales se reunieron para poner en la agenda internacional el VIH/sida.

 

Esta cumbre se centrará en el impacto social y económico de las ENT y sus factores de riesgo así como los retos que plantean estas afecciones, particularmente en los países en vías de desarrollo. La reunión constará de una sesión plenaria y dos mesas redondas donde participarán tanto los Estados Miembros, como la sociedad civil y el sector privado. Los resultados de estas discusiones servirán para la redacción y adopción de un documento final orientado a la acción. El reto de abordar las ENT exige una respuesta multisectorial y multidisciplinaria, procedente de todos los sectores de la sociedad.

 

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO) publicado recientemente recomienda como objetivo poblacional la ingesta de un mínimo de 400 gramos diarios de frutas y verduras (excluidas las papas y otros tubérculos feculentos) para prevenir enfermedades crónicas como las cardiopatías, el cáncer, la diabetes o la obesidad, así como para mitigar varias carencias de micronutrientes, sobre todo en los países menos desarrollados. El informe de 2002 describe la parte de la carga mundial de morbilidad, discapacidad y mortalidad actual que se puede atribuir a un número seleccionado de riesgos más importantes para la salud humana. En él se indica asimismo qué proporción de esa carga se podría reducir en los próximos 20 años mediante la atenuación de esos factores de riesgo.

 

Cuatro factores de riesgo:

 

El tabaco, la dieta poco saludable, la inactividad física y el consumo nocivo del alcohol contribuyen a  más de 36 millones de muertes cada año. De éstas, 9 millones se producen antes de los 60 años. Otros muchos millones sufren las consecuencias de la elevada carga de estas enfermedades. Pero van más allá de la salud individual, planteando grandes retos económicos y de desarrollo, provocando daños en la productividad y conduciendo a la gente hacia la pobreza.

 

Se trata de una epidemia global que afecta a todos y en todos los lugares. Hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, ricos y pobres, todos están en riesgo. Pero es en los países de bajos y medios ingresos donde la gente se ve más afectada ya que la protección contra los riesgos y consecuencias de las ENT es menor.

 

“Se necesita de todos los sectores porque la mayoría de los riesgos que afectan a la epidemia de las ENT se encuentran fuera del sector de la salud”, señaló Marcia Moreira, epidemióloga de la OPS/OMS en Argentina.

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