Uno de cada 12 jóvenes, en su mayoría mujeres, disfruta de autolesionarse mediante cortes, quemaduras o tomando riesgos que ponen en juego su vida, y cerca del 10% de esos adolescentes sigue lastimándose deliberadamente en la adultez, reveló un reciente estudio.
Dado que las heridas autoprovocadas son uno de los principales vaticinadores del riesgo de suicidio, los psiquiatras que efectuaron el estudio dijeron que esperan que estos resultados ayuden a generar un respaldo más sistemático con intervenciones más activas y tempranas para las personas en peligro.
«Los números de los que estamos hablando son enormes», dijo Keith Hawton, del Centro para la Investigación del Suicidio de la Oxford University, en el Reino Unido, quien revisó los resultados en una conferencia en Londres.
George Patton, que dirigió el estudio en el Centro para la Salud Adolescente del Instituto de Investigación Infantil Murdoch, en Australia, dijo que los hallazgos revelan una «ventana de vulnerabilidad» cuando los jóvenes atraviesan la adolescencia y suelen tener problemas de control de emociones.
«Las autolesiones representan una forma de lidiar con estas emociones«, señaló Patton en la conferencia. En un informe sobre su trabajo publicado en la revista médica The Lancet, el equipo del experto también indicó que las personas que se lastiman a sí mismas suelen tener problemas de salud mental que no se resolverían sin tratamiento.
«Debido a la asociación entre las autolesiones y el suicidio, el tratamiento de trastornos mentales comunes durante la adolescencia podría constituir un componente importante de la prevención del suicidio en los adultos jóvenes», manifestó el experto.
Las heridas autogeneradas son un problema de salud global especialmente común entre las niñas y mujeres de 15 a 24 años. Los especialistas temen que las tasas de autoabuso en este grupo etario estén en aumento.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi un millón de personas fallecen por suicidio cada año, lo que arroja una tasa de mortalidad de 16 de cada 100.000 personas, o un deceso cada 40 segundos. A su vez, en los últimos 45 años, estas tasas aumentaron un 60% en todo el mundo.
Suma de factores
El estudio de Patton y Paul Moran, del Instituto de Psiquiatría del King’s College de Londres, siguió a unas 1.800 personas jóvenes de entre 15 y 29 años de Victoria, en Autralia, entre 1992 y el 2008.
Moran indicó que una combinación de cambios hormonales durante la pubertad, cambios cerebrales en la adolescencia por el desarrollo final de la corteza prefrontal -área del cerebro asociada con el planeamiento, la expresión de la personalidad y la moderación de la conducta- y cuestiones sociales como la presión de los pares, las dificultades emocionales y las tensiones familiares parecen ser factores clave.
Los cortes y quemaduras fueron las formas más comunes de autolesión para los adolescentes, sumadas a otros métodos como el envenenamiento y las sobredosis.
Los investigadores dijeron que si bien era tranquilizador que casi el 90% de los adolescentes que informaban autolesiones, ya no se lastimaban al llegar a la adultez, también es importante reconocer los altos riesgos que corre el 10% que continúa haciéndolo al crecer.
Hawton indicó que estudios previos demostraron que las personas que se autolesionan que ingresan a un hospital en la adolescencia o juventud son 100 veces más propensas que la población general a suicidarse.