Uruguay quitará completamente el tabaco de la vista de los consumidores incluso en los puntos de venta, en donde sólo podrá exhibirse una tabla con los precios de los productos y una advertencia sobre los daños del tabaquismo, confirmaron fuentes legislativas.
La nueva norma, que fue aprobada anoche por la Cámara de Diputados con los únicos votos a favor del oficialista Frente Amplio, mayoritario en la Cámara, entrará en vigor en cuanto el presidente José Mujica le dé su visto bueno, lo que se espera ocurrirá en las próximas horas.
La medida es una reforma de la ya estricta normativa que prohíbe la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco vigente en Uruguay desde 2006, y que elimina la exención de aplicación de la norma que se autorizaba a los locales de venta de tabaco.
Según explicó a Efe la diputada oficialista Bertha Sanseverino, la norma de 2006 «dejó abierta la posibilidad de que los puntos de venta pudieran exhibir las cajetillas y hacer cierta publicidad» y que esta nueva simplemente elimina esa opción.
«El proyecto vino del Ministerio de Salud Pública, y con él se pretende aplicar en toda su fuerza el Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud para el Control del Tabaco, que considera que la exhibición del tabaco en sus puntos de venta es publicidad. Nosotros lo entendemos así, y por eso lo prohibimos», añadió.
Así, a partir del momento en que entre en vigor la iniciativa, los quioscos, puestos, almacenes, estaciones de servicio y supermercados que vendan tabaco, deberán retirar estos productos de la vista y dejar tan solo una lista con la marca y el precio de los mismos y una advertencia sobre los daños que causan a la salud.
La medida fue recibida con fuerte hostilidad por la Cámara Nacional de Comercio y la Asociación de Quioscos y SubAgentes de Quinielas del Uruguay, que la consideraron inconstitucional y advirtieron que promoverá el contrabando.
En declaraciones a la prensa local, el presidente de la asociación de quioscos, Claudio Orrego, lamentó que los legisladores no consideraran las diversas opciones que la organización presentó mientras se tramitaba la ley, que a su juicio no será efectiva.
«El espíritu de esta nueva ley es esconder los cigarros para no disparar el consumo. Busca desalentarlos. Pero nadie se levanta una mañana, va al kiosco y comienza a fumar. Nadie entra a comprar un alfajor y ve una caja exhibida y decide convertirse en fumador», apuntó el quiosquero.
Además, criticó que el Gobierno uruguayo haya impulsado la legalización de la compraventa de marihuana, que puso al Estado como regulador del negocio, mientras ataca el mercado del tabaco.
«La marihuana está prohibida en el mundo entero y es sabido que es perjudicial para la salud. Pero el gobierno no actúa de la misma manera con los cigarrillos. No entiendo por qué el gobierno tiene dos mensajes diferentes», remarcó Orrego.
La dura ley antitabaco de Uruguay prohíbe, además de toda publicidad, fumar en todo espacio público y lugar de trabajo cerrado y obliga a dedicar el 80 % del espacio de las cajetillas a poner imágenes impactantes que advierten de los riesgos del consumo de tabaco.
También prohíbe usar nombres como «light» o «bajo en nicotina» y la existencia de más de una presentación del producto por marca.
Estas medidas, impulsadas durante el Gobierno del presidente Tabaré Vázquez (2005-2010), un reconocido oncólogo, se tradujeron en una demanda ante un tribunal de arbitraje del Banco Mundial de la tabacalera Philip Morris, aun sin definir, y el reconocimiento del país en varios foros mundiales de salud por sus políticas.