Una semana después del rechazo de la cámara de Senadores al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó el uso ginecológico del misoprostol, aunque solo en hospitales.
Lo hizo a través de la resolución interna 6726/2018 que data del pasado 2 de julio y que se publicará próximamente en la página web del organismo. En ella se establece que se autoriza “a la firma Laboratorio Dominguez S.A. para la especialidad medicinal que se denominará MISOP 200, la nueva concentración de Misoprostol 200 ug, forma farmacéutica comprimidos vaginales».
El misoprostol es un medicamento surgido en la década de 1980 originalmente para el tratamiento y prevención de úlceras gástricas, por lo que se tomaba en conjunto con analgésicos como el diclofenac. Años después, se comprobó su uso ginecológico para la interrupción voluntaria del embarazo. Incluso, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un método seguro que puede aplicarse en la propia casa.
Pero el aval para la comercialización de los envases con 4, 8, 20, 48 y 100 comprimidos es para exclusivo uso nosocomial, según aclararon fuentes de la ANMAT.
El ente regulador, aclaró a través de un comunicado que el producto Misop 200 se encuentra autorizado “desde julio pasado, en forma farmacéutica comprimidos vaginales, en una concentración de 200 mcg, bajo la condición de venta bajo receta archivada – uso institucional y hospitalario exclusivo”.
“Cabe señalar que el misoprostol, al igual que otras prostaglandinas, produce maduración cervical, dilatación y reblandecimiento del cuello uterino, disminuyendo la cantidad de fibra de colágeno y permitiendo que se intercale entre ellas una mayor cantidad de agua. Además, y de forma consecutiva, el misoprostol aumenta la frecuencia y la intensidad de las contracciones del músculo liso uterino, de forma que las fibras se orientan en el sentido de la tensión ejercida sobre ellas, facilitando así la expulsión del contenido del útero”, indicó la ANMAT.
“Estas propiedades del misoprostol permiten su utilización en la maduración cervical previa a una histeroscopía, o en otros procedimientos ginecológicos que requieran acceder a la cavidad uterina en la inducción del parto, en la prevención o tratamiento de la hemorragia posparto, o en la interrupción del embarazo en las condiciones establecidas por la legislación vigente en nuestro país”, concluyó.
Por su parte, la secretaria de Derechos Humanos, Género y Bioética Profesional de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA), médica Noemí Alemany, celebró como una victoria del “movimiento verde” la autorización de la ANMAT.
“Esto es un paso importante hacia la aprobación de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), que fue rechazado en Senadores, pero que dio un marco propicio para que luego de cinco años de lucha desde la FESPROSA, la ANMAT finalmente diera la autorización fundamental para poder cumplir con el protocolo de interrupción legal de embarazo (ILE)”, concluyó Alemany.