Muchos de los alimentos y bebidas que disfrutamos como parte de nuestra dieta cotidiana contienen ácidos que pueden ablandar el esmalte de los dientes y provocar su desgaste. De hecho, un tercio de la población de adultos jóvenes (el 29,4%) padece de desgaste dental mientras que dos de cada cinco personas evidencian hipersensibilidad dentinaria, según el primer estudio paneuropeo de Epidemiología sobre lesiones no cariosas del cuello dentario y factores de riesgo asociados.
Durante la investigación, se estudiaron 3.187 personas de 18 a 35 años de edad, entre quienes se evaluó el desgaste dental, la hipersensibilidad dentinaria y la salud periodontal en siete países europeos (Reino Unido, Italia, Francia, España, Finlandia, Latvia y Estonia).
¿Qué es el esmalte dental?
El esmalte es la capa externa de color blanco y rica en minerales que protege a los dientes. Si bien es la sustancia más dura de nuestro cuerpo, puede debilitarse o ablandarse por diversas causas.
Si se debilita, el esmalte dental puede desgastarse con mayor facilidad y, con el tiempo, aparecer los 5 signos de erosión ácida: esmalte débil, delgado, transparente o translúcido, amarillento y opaco.
El desgaste dental es una afección que se agrava con el paso del tiempo y puede ser provocada por exposiciones mecánicas (por ejemplo, rechinar los dientes) o químicas (debido a los ácidos que se encuentran en los alimentos y las bebidas).
Los alimentos ácidos bajo la lupa
En el estudio se analizaron los factores de riesgo del desgaste dental y se descubrió que aquellas personas que ingerían alimentos ácidos con frecuencia presentaban daño en niveles más elevados. Según los investigadores, es probable que la elección de los estilos de vida modernos que incluyen dietas ricas en ácidos, como las frutas, los jugos, el té y las bebidas gaseosas, contribuya al aumento de la afección.
El esmalte se va y desaparece para siempre
Si no se trata, la erosión ácida puede provocar dolor dental, dientes amarillos o la aparición de dientes transparentes, además de desgaste dental. Esto se debe a la pérdida del esmalte de la superficie de los dientes que, una vez que se va, desaparece para siempre.
Dado que los primeros signos son generalmente difíciles de identificar, y sólo pueden ser vistos por un odontólogo, es fundamental la prevención proactiva a través de la realización de exámenes odontológicos periódicos.
Por otro lado, no es necesario cambiar la alimentación si esta es saludable. Basta con tomar algunas medidas que indicará el odontólogo para proteger el esmalte.
Cuál es el nivel de riesgo “erosivo” de los alimentos
Nivel alto: jugo de mango, de limón, de manzana, de pomelo y de naranja; vino tinto y blanco; bebidas para deportistas, agua tónica, gaseosas, naranjas, ciruelas, té helado, frutillas, tomates, vinagre y aderezo para ensalada.
Nivel medio: miel, té negro, ketchup, algunos vegetales, peras, pasas de uva sin semilla, comprimidos de vitamina C, cerveza, jugo de zanahoria y de remolacha.
Nivel bajo: Leche agria, yogur natural, yogur con prebióticos y bananas.