El cáncer bucal es un tumor maligno que puede comprometer cualquier parte de la boca, afectando la lengua, las encías, el paladar, el piso o los labios. Según las estadísticas, es un cáncer muy frecuente: 1 de cada 20 personas padecen cáncer bucal. Por eso son importantes las campañas de prevención, los análisis y exámenes que estudian las lesiones malignas y premalignas de la cavidad bucal.
El cáncer bucal suele presentarse como lastimaduras y se identifica por los cambios de color, manchas, placas blancas, llagas que no terminan de cicatrizar, durezas, bultos o crecimientos algún sector de la boca.
Los grupos más propensos a esta enfermedad son los hombres y mujeres de 40 años en adelante y personas con historial familiar de enfermedades cancerosas o precancerosas.
Sin embargo, hay otros factores que contribuyen al desarrollo del cáncer bucal, como por ejemplo el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol. Además, las personas con piezas dentarias en mala posición, con bordes filosos, fracturadas o con reparaciones defectuosas son más propensas a padecer esta enfermedad en algún momento de sus vidas. Las prótesis con ganchos o retenedores que lastiman la boca o están desadaptadas también pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad.
Otros factores son una higiene bucal pobre, la acumulación de restos dentarios y las encías sangrantes, una mala alimentación y el consumo de bebidas muy calientes. Las inflamaciones crónicas de tipo micológica (como por ejemplo, Candidiasis), bacteriana (Helicobacter Pylori) o viral (Virus Papiloma Humano) también pueden ser factores que predisponen al cáncer bucal.