El ejemplo más claro es el de los labiales, que han perdido terreno en favor de delineadores, sombras de ojos o máscaras de pestañas. Pero, ¿cuándo es momento de tirar esos productos que ya no se usan? ¿Tienen fecha de caducidad?
“Si el maquillaje ha estado cerrado, no habrá problema. Si ha estado abierto durante un tiempo, y el aspecto es bueno, es decir, no está claramente contaminado, no hay problema por usarlo, aunque esté caducado”, explica Antonio Clemente, dermatólogo miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología.
El doctor apunta a que la fecha de caducidad existe porque legalmente todos los productos tienen que llevarla, pero que salvo en casos muy concretos, podría excederse. “No debemos olvidar que una de las funciones de la piel es protegernos de infecciones o agresiones, por lo que, salvo que tengamos una herida abierta, la piel nos protege. Por tanto, un maquillaje o cosmético usado de forma correcta no va a generar una infección, aunque esté caducado”, añade el experto.
Esto se aplicaría desde a una base de maquillaje o un iluminador, hasta productos para el cuidado de la piel como sérum o contornos. “Algunos productos sí pierden efecto porque sus principios se oxidan con el tiempo, pero esto no ocurre en la gran mayoría de cosméticos”, sentencia Clemente.
No está del todo de acuerdo Johndra McNeely, optometrista, que cree que es imprescindible extremar las precauciones en los productos que se aplican en la zona de los ojos.
“Tenemos flora bacteriana en nuestra piel y pestañas que se mantienen ahí, pero se meten en nuestros productos a través de las brochas de maquillaje u otro tipo de accesorios. Por eso las bacterias o los hongos pueden crecer en el propio producto e introducirse en los ojos o en la cara a lo largo del tiempo mientras nos ponemos el maquillaje”, aclara.
McNeely aconseja tirar las máscaras de pestañas o delineadores si han permanecido abiertos y sin utilizar desde que empezó la pandemia. Habitualmente, los productos para la zona ocular tienen fechas de caducidad breves: la máscara de pestañas debería cambiarse cada cuatro o seis meses y el delineador cada año, aunque si es en formato líquido habría que adelantar el límite a los seis meses. La excepción es el uso de la sombra de ojos, que puede alargarse entre uno y dos años.
Purvisha Patel, dermatóloga y fundadora de Visha Skincare, apunta que “los productos de base oleosa tienden a oler y ponerse en mal estado cuando están expuestos”, por lo que sería fácil detectar si es hora de deshacerse de ellos. La experta también indica que es necesario tirar las barras de labios a los ocho meses, aunque si han tenido contacto con una herida, herpes o infección, deben desecharse al momento. Las bases de maquillaje, polvos bronceadores y correctores aguantaría un año, según la dermatóloga.
¿Y qué pasa con la protección solar?
Siempre se ha dicho que no debe guardarse la protección solar de un verano para otro si está abierta, pero Clemente apunta a que es una insistencia que viene de los fabricantes. “No estamos totalmente de acuerdo, por lo menos muchos dermatólogos. Mi experiencia personal es que si el protector se ha conservado adecuadamente, es decir que no ha estado expuesto al sol o guardado en una zona con mucho calor, sirve de un verano para otro”, sentencia el dermatólogo.
El razonamiento sirve también para las cremas hidratantes, o correctores por factor solar. “El problema que le veo a estas cremas es que pueden inducir a una sensación de protección para todo el día y esto no es así. Debemos tener en mente que la protección que nos ofrecen es pequeña si vamos a estar expuestos al sol durante un tiempo largo o en las horas después de la aplicación. No sirve con poner la crema por la mañana para estar protegidos todo el día”, añade el Dr. Clemente, más preocupado por esta práctica que por la pérdida de las propiedades del cosmético.