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El diagnóstico de cáncer se retrasa 6 meses desde la aparición de los síntomas

El diagnóstico precoz del cáncer es un factor indispensable para su tratamiento (Foto: Pixabay)

Según una encuesta realizada por IPSOS Healthcare Cono Sur para All.Can Argentina, sobre 400 pacientes en el Area Metropolitana de Buenos Aires, cerca de seis meses transcurren, en promedio, desde que una persona empieza a tener síntomas hasta que recibe el diagnóstico de cáncer. Hay una brecha de dos meses entre los que tienen y no tienen prepaga y solo 12 de cada 100 pacientes se enteran de su enfermedad antes de que comience a manifestarse clínicamente.

Esto demuestra la necesidad de profundizar los programas de tamizaje poblacional para la detección más precoz de los tumores, lo cual se asocia a mayores probabilidades de supervivencia.

 

Dónde empieza el problema

Se comprobó que el diagnóstico es el momento en que los pacientes perciben más fallas en la atención de la salud.

Necesitamos escuchar un poco más a los pacientes para identificar todas las oportunidades de mejora en el proceso que abarca desde antes de la detección del cáncer hasta su abordaje”, enfatizó Andrey Mendez Fandiño, director de IPSOS Healthcare Cono Sur, quien lideró el estudio en Argentina.

 

Cómo fue la encuesta

Para el estudio cuantitativo, fueron entrevistados 400 hombres y mujeres mayores de 18 años, residentes en el AMBA, con diagnóstico de cáncer de pulmón, colorrectal, hematológico, de próstata, de mama o ginecológico, entre otros tumores. El 54% tenía entre 45 y 65 años, con una edad promedio de 55 años. Y 6 de cada 10 estaba recibiendo tratamiento en el momento de la encuesta. Los resultados revelan distintas barreras e inequidades para una detección precoz y tratamiento oportuno, con el menor impacto emocional y financiero posible.

Del total de pacientes entrevistados, el 68% fue diagnosticado durante un estadio inicial del cáncer (0I o II) y el 29% en uno avanzado. Pero las proporciones varían según el órgano o sistema afectado. En el caso de cáncer de mama y colon, por ejemplo, la detección se produjo antes de que el tumor se disemine o cuando lo había hecho solo de forma local en 7 y 6 de cada 10 casos, respectivamente, mientras que en los casos de cáncer hematológico (leucemias y linfomas) prácticamente la mitad de los diagnósticos ocurrieron en fases más avanzadas. Por otra parte, el tiempo promedio desde la aparición de los síntomas hasta el diagnóstico fue de 6,2 meses, aunque la cifra varía según la cobertura de salud: en los que tienen prepaga el lapso fue de 4,3 meses, mientras que llegó a 6,4 meses entre quienes son afiliados al PAMI, tienen obras sociales estatales o se asisten en el sector público. También hubo diferencias según el tipo de cáncer: en el caso de cáncer de mama, por ejemplo, el tiempo promedio fue de 5,6 meses; en el cáncer colorrectal, 6,8 meses; en el caso de cáncer de pulmón, 2,6 meses; y en el cáncer de cuello uterino 4,6 meses. “Es importante que las campañas y los programas de salud pública no estén destinados solo a las personas, sino también a los médicos. Que los profesionales de atención primaria conozcan las estrategias de tamizaje, que sepan sospechar, que sepan los recursos disponibles (para el diagnóstico) y que sepan el circuito de derivación”, señaló la doctora Julia Ismael, médica oncóloga de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), y miembro del Comité Ejecutivo de All.Can en Argentina.

 

Descartar mitos y temores

El trabajo también revela que los programas de tamizaje o detección precoz solo identifican el 12% del total de los cánceres que se diagnostican. La cifra crece al 30% para cáncer de próstata (aun cuando la efectividad del control periódico después de los 50 años está discutida), pero es inferior al 10% en el caso del cáncer colorrectal, donde 9 de cada 10 pacientes acudió al médico cuando ya empezó a experimentar síntomas. “Los programas existen, pero es necesario facilitar su acceso. También subsisten mitos que conviene erradicar. El procedimiento primario para la detección precoz de cáncer colorrectal que se recomienda es la prueba de sangre oculta en materia fecal, anualmente entre los 50 y 74 años, que no tiene ninguna incomodidad y se provee de forma gratuita. De cada 100 personas, a 85 le va a dar negativo. Y la video colonoscopía se reserva solo para los 15 pacientes a quienes el test les da positivo. Esa es la estrategia más costo-efectiva”, explicó la doctora Ismael.

 

El tiempo al tratamiento

Una vez que los pacientes son informados de su diagnóstico de cáncer, deben afrontar demoras en el abordaje o tratamiento de su enfermedad. El impacto de estas falencias fue diferente según el tipo de cáncer.

En promedio, las personas encuestadas debieron esperar dos meses y medio más hasta comenzar a recibir el tratamiento. No se verifican grandes diferencias según el tipo de cáncer, aunque los de pulmón tienden a acceder más rápido a alguna terapia: el 44% lo hace en menos de un mes. Como contrapartida, 1 de cada 10 pacientes con diagnóstico de cáncer colorrectal tarda de 6 a 12 meses en comenzar a ser tratado. La cobertura influye sobre todo cuando se analizan los mayores retrasos: el 4% de los pacientes con prepaga tienen que esperar de 6 a 12 meses, versus el 7% de quienes tienen obras sociales estatales o se atienden en hospitales públicos.

Son datos para prestar mucha atención. En tumores sólidos, lo recomendado es que no pasen más de 45 días, y en hematológicos, si son agudos, conviene empezar en los siguientes días porque pone en riesgo la vida. Tardar 6 meses a un año hace que se puedan perder todas las oportunidades”, lamentó la doctora Ismael. “Las demoras pueden responder tanto a factores del sistema de salud como a factores sociales de la población, por ejemplo, cuestiones laborales o la falta de una red de soporte familiar que los ayude”, agregó. “Del trabajo surge la importancia de identificar cuál es el momento ideal para brindar apoyo psicosocial adicional a los pacientes desde el diagnóstico”, coincidió Mendez Fandiño.

 

Las razones de las demoras

Con referencia a la demora al diagnóstico, la evaluación cualitativa confirmó esos plazos promedio, pero pudo identificar algunas variables que extienden el tiempo de detección más de seis meses: tipos de cáncer con síntomas no asociados, como mieloma, cáncer de colon o próstata; solicitud directa de consulta con especialistas no relacionados con la patología; exámenes de difícil acceso; y diagnósticos erróneos: Una participante declaró: “Estuvieron un año y medio tratándome por hemorroides”.

Respecto de los retrasos en el inicio del tratamiento, algunos detonantes identificados fueron: dificultad en la autorización de la obra social; cambios en los tratamientos por paso de obra social como empleado a jubilado o incapacitado permanente; y la decisión del paciente de no iniciar el tratamiento por temas personales.

Según el informe elaborado por IPSOS Healthcare, las falencias en el sistema de salud y su capacidad de respuesta, así como la burocracia administrativa, son “el principal punto de dolor del manejo de la enfermedad” para los pacientes.

 

 

 

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