Las várices y “arañitas” no son sólo un problema estético. Se trata de una cuestión de salud que, en parte, puede prevenirse. Esta patología se produce por predisposición familiar más el agregado de algunos factores favorecedores como la obesidad, el sedentarismo, el uso de anticonceptivos orales, embarazos o aumento de la coagulación sanguínea.
El médico flebólogo e investigador Miguel Ángel Gramajo Booth puntualizó una serie de números clave a tener en cuenta para mantener las piernas sanas:
1 hora: la medida de tiempo a la que se debe prestar especial atención. Muchas veces el trabajo exige permanecer quietos en la misma postura. Pasado este lapso, se debe recordar dar breves paseos para movilizar las piernas.
2 litros de agua (como mínimo): beber esta cantidad es fundamental para hidratarse y conservar la completa armonía del cuerpo.
4 comidas muy saludables: mantener una alimentación equilibrada es indispensable para controlar el peso y evitar el estreñimiento. La consigna es llevar una dieta baja en calorías y alta en fibras: las frutas y verduras deben abundar en todos los platos.
5 minutos de reposo: cada vez que se pueda, resulta muy beneficioso acostarse y poner las piernas en alto. Esta postura es excelente para favorecer el retorno venoso.
10 minutos de automasajes: la técnica que es muy sencilla. Los masajes deben realizarse de forma ascendente, desde los pies hasta llegar (muy lentamente) a los muslos. Los tres tips fundamentales: no aplicarlos directamente sobre las várices sino en las zonas aledañas, cuidar que los movimientos sean suaves (utilizar las palmas y dedos en su totalidad en vez de presionar con las yemas) y usar cremas o aceites para evitar la fricción. Esto permite que la sangre acumulada en las venas comience a movilizarse y fluir hacia el corazón.
30 minutos de ejercicios: nada de grandes esfuerzos; una simple caminata ya resulta suficiente para fortalecer la musculatura de las piernas y favorecer la circulación de retorno. Bailar, correr, andar en bicicleta, nadar, hacer gimnasia, son otras excelentes opciones.
45 grados: el ángulo perfecto para inclinar las piernas y hacer reposo.