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Mitos sobre el vértigo: un síntoma que puede y debe tratarse

El vértigo es un síntoma, no un diagnóstico (Foto: Wiki Images)

El sentido del equilibrio se conoce como el “sexto sentido” porque, si bien comparte información con otras fuentes sensoriales, es único y es el responsable de dar noción de nosotros mismos y del espacio. “Estar en equilibrio” significa percibir la congruencia de información proveniente de tres fuentes: la visión, la propiocepción – la noción de la posición de nuestros miembros y articulaciones – y el laberinto. Cuando este equilibrio “se rompe” se produce lo que conocemos como mareos y vértigo. Y sobre ellos existen varios mitos.

El más recurrente es el que indica que las afecciones de la columna cervical producen vértigos. “Esto no es así ya que las patologías que afectan la columna cervical (artrosis, rectificaciones de su eje y hernias de disco) son prevalentes en la parte baja de la misma, donde no hay receptores vinculados al equilibrio”, explicó el doctor Sergio Carmona, médico especializado en neuro-otología de INEBA.

En segundo lugar, datos epidemiológicos demuestran que si alguien se marea al mover la cabeza, probablemente lo que tenga sea un Vértigo Posicional Paroxístico Benigno (VPPB) – la causa más frecuente de vértigo que se da por cambios de postura – y no otras raras afecciones.

Otra idea extendida entre los médicos no especializados y en la comunidad en general es que “los vértigos no tienen cura” o “que hay que aprender a convivir con ellos”.

“Actualmente en la forma más frecuente de vértigos, el VPPB, el tratamiento consiste en una serie de maniobras kinésicas perfectamente protocolizadas en todo el mundo que tienen hasta un 92% de eficacia en minutos, siendo uno de los pocos tratamientos médicos tan exitoso”, agrega el especialista.

A este cuadro le siguen en frecuencia los vértigos asociados a la migraña. No necesariamente hay vértigos cuando duele la cabeza pero un 30% de las personas migrañosas pueden padecer vértigos, usualmente de horas.

Un 10% de la población mundial – y también de Argentina – sufre de migrañas y este porcentaje se eleva al 20% si hablamos específicamente de mujeres. Si bien la frecuencia de este trastorno es muy alta, la probabilidad de tratarlo con éxito también lo es, si se utilizan medicamentos preventivos de la migraña.

Distinto es cuando un laberinto se lesiona en forma brusca, produciendo un cuadro de vértigo agudo que dura varios días. La causa más frecuente de esto son las afecciones virales o, en segunda medida, un accidente cerebro-vascular o ACV. En esos casos el cuadro es dramático y combina vértigo, náuseas intensas y vómitos; y gran inestabilidad. La persona no puede hacer otra cosa que quedarse en la cama, limitando sus movimientos.

Dado que el equilibrio es un sentido redundante, rápidamente nuestro cerebro pone en marcha mecanismos de compensación. Los mismos hacen que, aun cuando la lesión no está superada, la persona sí supere el cuadro.

“Lo que sucede es que hay un gran desconocimiento alrededor del tema. Muchas veces no se le da la importancia necesaria i se considera un problema sin solución, cuando con un correcto diagnóstico se pueden implementar tratamientos rápidos, de bajos costos y muy eficaces”, enfatizó el especialista.

“El vértigo es un síntoma altamente específico y no siempre benigno. Tampoco es un diagnóstico. En el 30% de los casos puede obedecer a una causa que puede incluso amenazar la vida. Quienes lo padezcan deben exigir un diagnóstico médico correcto para entender su causa y poder tratarse adecuadamente», completó.

El vértigo y su relación con el Covid-19

Dado que los virus también pueden ocasionar vértigo, surge una pregunta: ¿puede relacionarse esta afección con el Covid-19? Se ha visto que este tipo de coronavirus puede producir alteraciones del equilibrio en tres situaciones:

• Como el virus puede atacar directamente el Sistema Nervioso Central, cuando se afecta el cerebelo se producen alteraciones del equilibrio severas. Afortunadamente todas estas alteraciones son tratables y tienen buena evolución en manos de un neuro-otólogo calificado.

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