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La estadounidense Jeanette LeBlanc, de 55 años, falleció el pasado 15 de octubre en Lousiana tras luchar 21 días por su vida, informaron medios locales este martes. La mujer había contraído una bacteria llamada vibrio, que entró en su cuerpo tras comer ostras crudas.
Durante una reunión familiar en septiembre, LeBlanc ingirió dos docenas de ostras que había comprado en un mercado de Westwego, en el estado de Luisiana.
De acuerdo con la prensa, el vibrio “la devoró por dentro” aún viva, empezando por sus piernas, y los médicos no pudieron salvarla, pues padecía un caso de vibriosis grave.
La vibriosis suele contraerse al comer marisco crudo o poco cocido, especialmente en los meses cálidos, aunque también puede afectar a aquellas personas que exponen una herida en agua salada o agua salobre (mezcla de salada y dulce). Los síntomas más habituales son diarrea, náusea, fiebre y escalofríos.
Normalmente las personas afectadas se recuperan en tres días, pero los casos más graves pueden terminar con la amputación de una extremidad e incluso con la muerte, a veces en uno o dos días después de enfermar.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC), cualquier persona puede contraer una infección por Vibrio vulnificus, una docena de bacterias que causan los cuadros de vibriosis. Las personas con el sistema inmunitario debilitado o con una enfermedad del hígado tienen más probabilidades de infectarse y presentar complicaciones graves.
La Vibrio vulnificus puede causar dos tipos de enfermedades. En primer lugar, infecciones en las heridas, que pueden comenzar como enrojecimiento e hinchazón en el sitio de la lastimadura, y pueden propagarse y afectar a gran parte del cuerpo. En segundo lugar, la septicemia primaria, una infección del torrente sanguíneo con síntomas que incluyen fiebre, presión arterial peligrosamente baja y lesiones en la piel con ampollas.