La retinopatía diabética aparece como resultado del daño en los vasos sanguíneos del tejido ubicado en la parte posterior del ojo (retina) y es la tercera causa de ceguera a nivel mundial, pero la primera en personas de edad productiva en países en vías de desarrollo.
“La retinopatía diabética causa ceguera en un gran porcentaje de pacientes, pero es prevenible en un 80% de los casos con una detección y un tratamiento temprano asociado a un manejo general” explica el Dr. Walter Brigglier, Director Médico del Centro Médico Urquiza.
Además, el profesional agrega que la retinopatía diabética se desarrolla entre los 5 y los 15 años luego del inicio de la diabetes y progresa rápido cuando dicha enfermedad no se diagnostica o no se trata a tiempo. Es por eso que teniendo ese lapso de tiempo, podemos actuar en el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno y prevenir la pérdida visual, mejorando la calidad de vida de los pacientes.
Qué produce
El Dr. Brigglier explica que esta complicación ocular de la diabetes produce alteraciones en la micro circulación (pequeños vasos sanguíneos) que con el tiempo, al no tratar la enfermedad de base (diabetes) dichas alteraciones progresan alterando la funcionalidad de la retina acompañado de disminución visual progresiva y sus complicaciones.
“Un paciente diabético no necesariamente va a tener pérdida visual si tiene un control estricto de su diabetes, para ello los controles periódicos con su médico de cabecera o especialista, junto con controles oftalmológicos simples, como un fondo de ojos pueden prevenir la pérdida visual permanente” concluye el Dr. Brigglier.