En un contexto de aislamiento y bajo el desafío de pasar tanto tiempo en casa, muchos padres se valieron de las prácticas del método Montessori para contener y cuidar a sus hijos. Éste es un modelo educativo con más de 100 años de historia que propone que los niños desarrollan su potencial a partir de un aprendizaje autónomo, cuando pueden elegir, actuar y pensar por sí mismos, desarrollando así sus habilidades cognitivas, su confianza y su disciplina interior.
“En estos meses, muchos padres aprovecharon para replantearse las actividades que comparten con sus hijos, el tiempo lúdico, de aprendizaje y las pautas de crianza establecidas y que parecían inamovibles. En este sentido, hemos visto un incremento en el interés por el método Montessori”, detalló Constanza Carballo, Directora de la Fundación Argentina María Montessori.
Esta modalidad de enseñanza fue desarrollada por la médica italiana María Montessori y resalta el interés de cada chico como el motor de su desarrollo. La pedagogía Montessori entiende el desarrollo infantil como un proceso natural que sucede cuando el niño sigue sus propios impulsos vitales que lo llevan a relacionarse y a actuar sobre el ambiente.
Cada niño construye su personalidad a través de su propia actividad y en interacción con el ambiente donde vive (ambiente incluye a las personas que lo acompañan). Este es el gran trabajo del niño en la primera etapa de la vida. La naturaleza guía su energía vital y lo lleva a hacer lo que necesita para su desarrollo.
Una crianza es respetuosa y “natural” si acompaña las leyes de la naturaleza. Los adultos no podemos hacer este trabajo por el niño, pero sí podemos apoyarlo ofreciéndole un ambiente preparado donde encuentre respuesta a sus necesidades y estímulos positivos a su desarrollo. El niño necesita libertad para seguir su propio camino de desarrollo, pero siempre en un ambiente preparado donde pueda hacer elecciones buenas y adecuadas a sus necesidades. Son elecciones libres en un ambiente preparado.
Principios generales de la educación Montessori
- 1. El movimiento. El movimiento potencia el pensamiento y el aprendizaje: están estrechamente ligados.
- La libertad y el autocontrol. El aprendizaje y el bienestar mejoran cuando las personas sienten que tienen control sobre sus acciones.
- El interés propio de cada niño. Los chicos aprenden cuando están interesados. ¡Se concentran y comprenden mejor!
- La recompensa interna. Cuando la realización del error y la sensación de logro son internas crecen la autoestima, el sentido de responsabilidad y el pensamiento crítico.
- Aprender de otros chicos. El aprendizaje se potencia con el ejercicio de enseñarles a otros, lo que promueve el respeto, la tolerancia y la solidaridad.
- El maestro observa y acompaña; el chico actúa. Pensar por sí mismos y la libre elección ayudan a los chicos a desarrollar la voluntad, la perseverancia, la confianza y la responsabilidad.
- Ambiente ordenado = mente ordenada. El orden externo y la secuencia en el uso de materiales promueven la claridad de pensamiento y la concentración.
Como parte del trabajo conjunto con la Fundación María Montessori y para dar tips sobre la primera infancia Nutrilon Profutura 4 desarrollo 10 podcasts denominados ‘Crianza en positivo’ con consejos sobre educación saludable.