El llanto de un bebé activa áreas específicas del cerebro de una madre relacionadas con el movimiento y el habla, reveló un estudio realizado en varios países, que refuerza la idea del instinto maternal biológico.
El estudio del Instituto estadounidense de la Salud (NIH) mostró que, independientemente de la cultura, las madres son propensas a reaccionar ante el llanto de su bebé mostrándole afecto, distrayéndole, alimentándolo, levantándolo y sosteniéndolo en sus brazos.
Los investigadores llevaron a cabo una serie de estudios sobre el comportamiento maternal utilizando la resonancia magnética funcional (fMRI) del cerebro. De esta manera, observaron a 684 nuevas madres y sus bebés de cinco meses en Argentina, Bélgica, Brasil, Camerún, Francia, Israel, Italia, Japón, Kenia, Corea del Sur y Estados Unidos, analizando una hora de interacción en sus hogares.
Mediante estudios de fMRI de otras mujeres, el equipo también descubrió que el llanto de un bebé causaba una actividad cerebral similar en las madres primerizas y en las que ya habían criado a un hijo.
Además de estimular el área del cerebro relacionada con el movimiento y el habla, las imágenes mostraron que el sonido de un bebé llorando también activa las regiones involucradas en la producción del habla y el procesamiento del sonido.
«En general, los hallazgos sugieren que las respuestas de las madres a los gritos infantiles son innatas y generalizadas en todas las culturas«, concluyeron los autores del estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
El estudio sigue a otras investigaciones que muestran que los cerebros de hombres y mujeres responden de manera diferente a los gritos de los bebés.