Es común que se aconseje a la mujer embarazada que evite el contacto con gatos para no contraer toxoplasmosis. ¿Pero cuál es el peligro real? ¿Qué hacer en caso de tener una de estas mascotas en casa? ¿Por qué el anticuerpo contra esa enfermedad es de lo primero que se analiza cuando se confirma la espera de un hijo? ¿Qué peligro encierran las verduras crudas? Muchas son las dudas, y mucho lo que se aconseja sobre esta enfermedad: no tocar a los gatos, no comer ensalada y cocinar bien la carne, entre muchos otros. ¿Cómo saber cuál de estos tips tomar?
El doctor Ignacio Pérez Tomasone, coordinador de Obstetricia de Halitus Instituto Médico, explicó en primer lugar que la toxoplasmosis es una infección ocasionada por un parásito denominado toxoplasma gondii. “Si bien la infección es generalmente asintomática en una persona con sistema inmunológico saludable, durante el embarazo hay que tener una precaución especial ya que, en ocasiones, el parásito puede llegar hasta la placenta y en consecuencia afectar al bebé (si es que la mujer no está inmunizada o sea que no posee anticuerpos protectores)”, indicó.
Aclaró que la enfermedad puede pasar de cuadros leves a diferentes estadios de complejidad y que, en sus formas más graves, puede provocar problemas estructurales y neurológicos, así como abortos o la muerte fetal intraútero. El especialista destacó que “muchas mujeres son inmunes (presentan anticuerpos protectores) antes de quedar embarazadas, situación que se da por haber estado en contacto con el parásito en alguna otra situación”.
“Durante la primera rutina de laboratorio, el obstetra siempre pedirá los anticuerpos de toxoplasmosis si es que no se tiene conocimiento previo de tener anticuerpos. Si ya se tiene anticuerpos protectores, no hay riesgo de una infección y el haber tenido un contagio antiguo con el parásito no genera riesgo para este embarazo. De no tener protección, se deben tomar precauciones, y el obstetra pedirá por trimestre los laboratorios para determinar de forma precoz una infección en este embarazo en curso”, aconsejó.
La posibilidad de que el bebé contraiga la infección depende de las semanas en que curse el embarazo. De hecho, las chances aumentan a medida que el embarazo avanza. Pero, ¿cómo se contrae? “Si bien es común pensar que los humanos nos contagiamos de los gatos, es raro que esto suceda”. En eso coincidieron tanto Pérez Tomasone, como la veterinaria Carolina Chavez.
El obstetra explicó que “es verdad que en el intestino de los felinos es en el único ambiente que el parásito puede reproducirse y de ahí viene esta idea del peligro que representan estos animales”. Y en ese sentido, remarcó que “hay que entender que los gatos infectados eliminan quistes del parasito por sus heces y es por esas heces contaminadas que se puede producir la infección o la contaminación de frutas, verduras o pasto que después otros animales o personas coman y por ende se contagien”.
A lo que Chavez agregó: “Los seres humanos se infectan al ingerir quistes del parásito presente en la carne cruda o mal cocida u ooquistes (forma parasitaria eliminada en las heces del gato) de las heces de un gato con infección reciente”.
“La principal fuente de infección en personas es la ingesta de carne cruda o mal cocida o la contaminación cruzada causada por alimentos ocurrida muchas veces por usar en casa la misma tabla para cortar carne y verduras”, insistió.
Entonces, alrededor de la mitad de los casos se produce por comer carne cruda o poco cocinada que presente quistes de parásitos. Pero también puede contraerse el parásito de otras formas, como por ejemplo, al comer frutas o vegetales frescos contaminados, beber agua contaminada, o tocar tierra contaminada o las piedritas blancas de la caja de un gato que esté infectado y después uno se lleve esa mano a la boca, la nariz o los ojos.
“La toxoplasmosis no se puede transmitir de persona a persona, salvo en el caso de la transmisión de madre a hijo durante el embarazo o a través de una transfusión de sangre infectada o de un trasplante de un órgano de una persona infectada”, destacó Pérez Tomasone.
En este contexto, ¿cuál es el riesgo de que una mujer embarazada contraiga la enfermedad? Según Chavez, “el riesgo es igual que en cualquier otra persona, aunque las mujeres inmunosuprimidas están más expuestas”. “El hincapié en el embarazo se hace por el riesgo de generar una infección congénita al bebé”, agregó. Consultada sobre por qué se suele recomendar que una embarazada evite el contacto con gatos, Chavez sentenció que si esto ocurre, “quien lo recomienda no está bien informado”.
“Si bien los ooquistes son la clave en la epidemiología de la toxoplasmosis, en la mayoría de los estudios no hay correlación directa entre la toxoplasmosis en adultos y la tenencia de gatos. Los estudios que comprueban el contagio en el embarazo asociaron más bien el consumo de alimentos mal cocidos, el contacto con el suelo (jardinería) o la ingestión de verduras mal lavadas con la infección primaria -aseguró-. Los gatos no constituyen un factor de riesgo si se practican buenas prácticas de higiene. La mayoría de los gatos se infectan por su comportamiento carnívoro y eliminan ooquistes sólo por breves períodos. Para evitar la contaminación ambiental, los dueños de los gatos y en especial las mujeres en edad fértil deben adoptar medidas de higiene rutinarias”.
Y remarcó: “La exposición fecal directa derivada de la manipulación de gatos infectados es poco probable, ya que éstos rara vez presentan diarreas y porque se higienizan a sí mismos regularmente. No existen estudios que hayan evidenciado ooquistes en el pelaje de gatos parasitados“.
Algunas medidas de prevención para tener en cuenta
Según Pérez Tomasone, si hay un gato en casa sería ideal que otra persona se encargue de limpiar la caja de piedras blancas o de arena, y que lo haga a diario. Esto reduce el riesgo de infección porque los quistes no son infecciosos las primeras 24 horas después de haber sido excretados. Las bandejas deben desinfectarse con agua hirviendo. Si no hay quien lo haga, utilizar siempre guantes desechables y después higienizarse bien las manos. Por último, para evitar que el gato se infecte mientras dure el embarazo, alimentarlo siempre con alimento balanceado o con restos de comida bien cocidos, nunca con carne cruda o poco hecha.
Chavez por su parte, agregó que se debe evitar el contacto con carne infectada, cocinándola a una temperatura mayor a 70° (el microondas no sirve a estos fines ya que calienta desparejo) y lavarse siempre las manos luego de manipular carne cruda; no probar alimentos a mitad de cocción; lavar bien los vegetales y utilizar guantes para trabajos de jardinería.
A su vez, no se debe volver a apoyar la carne cocina en el mismo lugar donde estuvo cruda y además de lavar bien la verdura de hoja. Si se sale a comer afuera, es mejor acompañar las comidas con vegetales grillados, dado que no se sabe a ciencia cierta cómo higienizan las hortalizas en los restaurantes.
Fuentes: S.O.S. Soy Mamá