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Adolescentes: ¿cómo proyectan en un año pandémico?

Tristeza, desánimo e incertidumbre son algunas de las emociones que experimentan los adolescentes. (Foto: Pixabay)

Jamás imaginamos que ciertos hitos se tendrían que readaptar a una nueva realidad, como el último año del colegio, viaje de egresados, fiestas de 15, salidas…

De un día para el otro todo cambió. Los chicos se aislaron de sus amistades, conocidos y pasaron a estar todo el tiempo con la familia. Involuntariamente hubo un quiebre en lo que conocen, en su rutina, sus actividades y vínculos. Es posible que esto genere cambios en el estado de ánimo, emociones y comportamientos de todos los adolescentes. Por eso, vamos a hablar de esos sentimientos que incomodan.

Sabemos y entendemos la importancia de socializar con pares (amigos, primos, conocidos, parejas), y las consecuencias que trae el no poder hacerlo. A su edad lo que más quieren es tener un poco de distancia respecto a su papá, mamá o a quienes ven como una autoridad, y por ende la convivencia 24/7 se vuelve un gran desafío.

Se podría decir que la adolescencia es un periodo crítico, caracterizado por vulnerabilidades de distintas índoles, un momento decisivo en el cual el sujeto se separa de la familia y comienza a tomar sus propias decisiones y juzgar a su entorno familiar, principalmente a sus padres. Los adolescentes atraviesan emocionalmente un desorden tan difícil de llevar que hace que permanentemente estén en conflicto con ellos mismos y con el mundo. Es un pasaje de la infancia a la adultez joven, en el cual comienza a asomarse su propio camino, con desafíos y proyectos en búsqueda de su identidad.

La característica más llamativa del comportamiento adolescente es su carácter contradictorio. Los adolescentes luchan por la identificación y por la creación de su identidad. Se trata de un proceso de autoafirmación, que suele aparecer rodeado de conflictos.

Por eso es importante que los padres puedan soportar esta des-idealización sin renunciar y que a su vez les permitan a sus hijos tener estas experiencias que son claves de la etapa. En ese marco, se torna fundamental el rol de un padre o una madre que esté presente pese al rechazo, que contenga y escuche, pero que a su vez ponga límites.

Tristeza, ansiedad, desánimo, enojo, miedo e incertidumbre son las emociones que la mayoría experimenta hoy y que en la adolescencia se viven más intensamente ¿Por qué? Porque en esta etapa de la vida predomina la emoción ante la razón, y ésta se procesa mucho más rápido en el cerebro. No hay emociones negativas o positivas. Todas ayudan a tramitar y transitar los sucesos vividos y dejan una enseñanza.

Esta etapa implica tomar decisiones y enfrentar cambios. Se requiere de estrategia, energía y esfuerzo. ¿Es una etapa de incertidumbre? Sí, es uno de esos momentos en lo que se encuentran tomando una decisión para comenzar con su desarrollo profesional. También aparecen estas preguntas. ¿Quién soy? ¿Quién quiero ser? ¿Hacia dónde voy?

Revelar, descubrir y descifrar su originalidad y su propósito es entender lo que los hace único e irrepetible, reconociendo sus fortalezas y debilidades. Es analizar su personalidad. Conocerse: permite descubrir su sentido y así crear su camino.

A los padres y madres y/o adultos que compartimos con ellos estos cambios es importante que los acompañemos, demostrando confianza y respetando sus tiempos. Es un tiempo de escucha, de empatía y de compromiso con ellos. Son momentos de dudas, de miedos, de ansiedad y de incertidumbre. Que nuestra palabra no sea condicionante, sino un testimonio.

 

*Silvana Bono es Médica Psicoanalista y Fundadora de EnREDados Espacio Psi. Instagram @enredados.psi Twitter  Enredadospsi Facebook https://www.facebook.com/enredados.psi/

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