Apenas del tamaño de un grano de arroz, el chip de testosterona se coloca con anestesia local debajo de la piel (en el tejido celular subcutáneo o “grasita»), por lo que es imperceptible. Su colocación no tarda más de 15 minutos y es ambulatorio, automáticamente se puede retomar a las actividades.
También llamado el chip de rejuvenecimiento, libera gradualmente dosis de testosterona bioidéntica (similar a la que tenemos en el organismo y obtenida de fuentes naturales) para generar sus efectos: aumento de energía física y mental, mejora de la libido y la satisfacción sexual. La duración de este chip depende de cada paciente, de 4 a 6 meses, y luego se reabsorbe.
Ventajas comprobadas
Entre sus beneficios se destaca que aumenta el deseo sexual, el rendimiento y mejora la disfunción eréctil; mejora la calidad del sueño; aumenta la energía; mejora la resistencia física al entrenamiento; contribuye a una mejor piel y a aumentar la cantidad de pelo; quema grasa; mejora la función cardíaca; disminuye la inflamación y el colesterol; normaliza la presión arterial; mejora la glucosa y el estado de ánimo; aumenta la masa muscular; disminuye la osteoporosis; mejora el flujo sanguíneo al cerebro y previene el Alzheimer, entre otras cosas. Además es energizante y da sensación de bienestar.
Para hombres y mujeres
Existen diferentes tipos de chips sexuales. Uno para hombre y otro para mujer y la dosis de cada uno varía de acuerdo a las características de cada uno según la edad, el peso, la altura y el estado clínico. Si la personas está estresada, si duerme mal, si no tiene deseo sexual, entre otros factores. La duración de los efectos comienzan a aparecer dentro de las dos primeras semanas de colocación y duran alrededor de seis meses.
No es para todos
“El chip sexual es una dosis de hormona, como si fuera una cápsula, que le da a la persona que lo usa una dosis de testosterona, que es la hormona que está relacionada con el deseo y que está más presente en los hombres que en las mujeres”, explica Mauricio Strugo, licenciado en psicología y sexólogo (MN 41436).
“El deseo es algo que, a medida que va pasando el tiempo y vamos creciendo, va disminuyendo pero la realidad es que insertar un chip de testosterona, hacer hormonizar a las personas, es algo que realmente tiene que hacerse solamente si de verdad hay una baja muy importante de testosterona”, asegura.
Para el sexólogo, es necesario consultar a un médico especialista que pueda de alguna manera fundamentar la hormonización, si no esto puede generar problemas mayores al beneficio. “El deseo es algo que va y viene, y es verdad que hay cambios con la edad. Pero es algo en lo que también influye mucho nuestro contexto, cómo estamos en ese momento de la vida, hay muchos factores. Y en muy pocos casos se recomiendan a las personas que tienen un deseo sexual muy hipoactivo, hormonizarse, ya sea por un chip sexual o por inyecciones”, insiste y hace hincapié en agotar todas las instancias antes de tomar esta decisión.
Strugo asegura que, en la mayoría de los casos, esto es algo que se puede trabajar y revertir de forma natural y en todo caso, apelando a terapia: “hay que ver por qué las personas están en un momento con un deseo sexual bajo y cómo ayudarlas a que se encuentren nuevamente con su deseo. No importa la edad, porque la sexualidad no tiene límites. Lo que sí hay que bajar son las pretensiones y la exigencia de potencia que se suele tener muchas veces en esta sociedad”.
Para aliviar los síntomas de la menopausia
Algunos especialistas recomiendan el procedimiento para mujeres en etapa menopáusica y premenopáusica, porque alivia los sofocos, mejora la lubricación vaginal, aumenta la densidad ósea, mejora el sueño y, en general, aporta enormemente al equilibrio hormonal. Además, si se lo acompaña de actividad física, ayuda a modelar el cuerpo.