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¿Está usted listo para un intercambio de parejas?

¿Cuándo se está listo para realizar un intercambio de parejas? ¿Pueden ayudar al vínculo o se está en riesgo de estropearlo? ¿Existe confusión frente a algunos términos como swingers? ¿Qué no debe faltar en un acuerdo previo antes de embarcarse? Son muchas las dudas alrededor de esta práctica, por lo que DocSalud.com consultó ca especialistas.

El psiquiatra y sexólogo Enrique De Rosa explicó que los “verdaderos swingers” son las parejas que dialogaron y pactaron el intercambio juntas, con el fin de unirse más. Sin embargo reconoció que existe mucha confusión con respecto a este término. Si sólo una de las partes tiene sexo con otra persona, por más que lo reconozca y la otra no, “no existe un intercambio de parejas sino la práctica de un solo sujeto, que disfraza con ese término su búsqueda de piedra libre o libertinaje”.

En la misma línea, la psicoanalista Ana Norma Delgado, opinó que “sería muy conveniente que el intercambio fuera muy hablado y aceptado por los miembros de la pareja para no entrar en una situación de reproches”.

¿Pero qué no debe faltar en estos contratos? De Rosa explicó que en primer lugar, se debe poder decir “stop” sin dar razón. También, hay que tener conciencia de que “este juego es peligroso, pero puede servir para respondernos la pregunta ‘¿no estaré con esta persona con costumbre, o porque no vino ninguna otra?’”.

Para Delgado, muchas veces se puede correr el riesgo de que una de las partes, “por no querer quedar como pacata o por miedo a perder la pareja, acepta más por acatamiento que por convicción y eso puede devenir en que uno de los dos involucrados pueda salir muy lastimado después”.

Frente a esta cuestión, De Rosa busca hacerse algunas preguntas: ¿Qué buscamos cuando nos disfrazamos de openmind? ¿Abrir, ofrecer otras experiencias? ¿Ver qué nos pasa?  Subrayó  que cuando una pareja opta ir junta a un lugar swinger, pero después uno de los dos se pregunta ‘¿no estará mi pareja en este momento con alguien de la oficina?’, significa que el tema se está saliendo de cauce.

En la misma línea, Delgado postuló que “donde dos no quieren, uno no puede” y para que este acuerdo funcione ambas partes deben estar satisfechas.

De Rosa indicó que “si a alguno de los dos no le gusta lo que hacen o se siente mal, la práctica se debe interrumpir de inmediato, o bien conversar sobre ella, discutir y negociar con la base del respeto mutuo”. Incluso indicó que ese diálogo puede fortalecer a la pareja. En contraposición,  “si el intercambio aparece como una imposición del estilo ‘si no hacés esto es porque no me querés y si no hago esto con vos lo tengo que hacer con otra’, es probable que se termine en una separación”.

¿Pero cómo saber si se está en condiciones de pactar? Para el especialista, la charla previa debe ser profunda y de buena fe. Durante la conversación se debe hablar de las fantasías propias pero también prestar atención a dónde se coloca el otro. 

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