En Argentina, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del 2018, 1 de cada 4 personas padece HTA. Mientras que, entre quienes no se autorreportaron hipertensos, 3 de cada 10 registraron presión arterial elevada. Según la Organización Mundial de la Salud , solo 1 de cada 5 hipertensos logra tener controlada la enfermedad.
Según la Organización Panamericana de la Salud, se considera hipertensión arterial a la presión arterial alta 3 (igual o por encima de 140/90 mmHg). Se desarrolla por la acción combinada de factores genéticos determinantes de una susceptibilidad específica y factores ambientales de distintos tipos, entre los que se encuentra el excesivo consumo de sal, una alimentación poco saludable, el exceso de peso, el tabaquismo, el sedentarismo y el estrés.
El gran problema es que la mayoría de las veces, la presión arterial alta pasa inadvertida, aunque puede producir síntomas leves o inespecíficos (dolor de cabeza, visión borrosa o mareos); es silenciosa y sin alertas que nos hagan sospechar de su presencia y ahí radica su principal peligro. Esto, además, complica la posibilidad de un tratamiento médico temprano y adecuado, y aumenta la probabilidad de muerte. Si lográs conocer tus números y detectar a tiempo tus valores, podrás prevenirla o tratarla de manera efectiva con cambios en el estilo de vida.
¿Cómo medir la tensión arterial?
Aunque es una técnica muy sencilla, es importante tener en cuenta lo siguiente, para realizar las
mediciones de manera correcta:
1. Contar con un tensiómetro de calidad para monitorear la presión arterial.
3. Hacer la medición en un lugar cómodo y tranquilo, con el brazo descubierto y bien sentado. Las
buenas prácticas incluyen realizar la medición inicial en los dos brazos, y, posteriormente, seguir
usando el brazo con la medición más alta.
4. Evaluar 3 registros. El primero suele descartarse porque puede estar influenciado por la ansiedad
que conlleva la medición. Lo ideal es hacer un promedio entre los dos registros siguientes.
Cuándo está alta la presión
Según la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, los valores menores a 140/90 mmhg (14/9) son considerados normales. En el caso de poseer valores mayores será necesario el asesoramiento y seguimiento médico. De esta manera el médico podrá determinar las causas y los pasos a seguir, la necesidad de realizar estudios complementarios, el control periódico de los valores de tensión arterial y, de aplicar, la definición del tratamiento médico y/o modificación de conductas en base a la realidad y estilo de vida particulares de cada individuo.
¿Cómo prevenir la HTA?
El control periódico y los hábitos saludables son esenciales como medidas protectoras: movernos más, alimentarnos mejor, lograr un peso saludable, no fumar, gestionar mejor el estrés.
Como la hipertensión no suele producir síntomas, la evaluación periódica es indispensable para la detección precoz y el seguimiento una vez declarada la enfermedad. Además de la necesidad de un control médico periódico, se puede hacer de manera simple con un tensiómetro en la comodidad del hogar.
¿Y el rol de la sal de mesa o sodio?
Llevar una alimentación saludable y de calidad es un aspecto fundamental en la prevención y tratamiento.
Tenemos 3 tipos de sodio para controlar su consumo:
1. Contenido en los alimentos de manera natural.
2. Incorporado en forma de sal durante la cocción o en la mesa.
3. Añadido durante el procesamiento y manufactura de los alimentos como en aceitunas, sopas de sobre, purés instantáneos, cubitos para preparar caldo o extractos de carne, conservas en general, carnes y pescados curados con sal, ahumados, embutidos, quesos en general, productos de repostería y panadería industrial, productos de copetín (papas, etc.), salsa de tomate tipo ketchup, condimentos salados (mostazas, pepinillos, sal de ajo, etc.).
Ideas prácticas para disminuir el aporte de sodio:
● Utilizar mayor proporción de alimentos reales: carnes, aves, pescados frescos, huevos, verduras, frutas, legumbres, semillas y cereales de grano entero.
● Reemplazar el pan común por uno sin sal.
● Tomar agua corriente de red o elegir agua mineralizada o mineral con bajo contenido en sodio.
● Utilizar condimentos como pimienta, pimentón, azafrán, canela, mostaza sin sal, hierbas aromáticas en reemplazo de la sal común.
● Evitar el consumo excesivo de sal marina, sales de hierbas o sales de ajo, carnes procesadas y embutidos como jamón, salame, etc.
● Elegir quesos de pasta blanda y evitar el consumo frecuente de quesos duros.
● Sumar potenciadores del sabor para disminuir el uso de sal en la cocina, como ácidos (vinagre, limón), aliáceos (ajo, cebolla, especias, puerros), aceite de oliva, o aceite aromatizado con ajo.