Bajo el lema “Sueño de buena calidad para una mente sana y una vida mejor”, los especialistas hacen hincapié en que, durante el sueño, se consolida la memoria, mejora el humor y se afianza el aprendizaje, entre otras cosas.
A su vez, la falta de sueño puede provocar cambios anímicos y cognitivos como irritabilidad, ansiedad, decaimiento y falta de concentración. Sin embargo, no es una cuestión que solo genera fatiga y malestar, sino que a largo plazo puede repercutir directamente en nuestra salud y asociarse con obesidad, diabetes, depresión o enfermedades cardiovasculares.
En esta línea, Pablo López, director Académico de Fundación INECO y coordinador del programa de tratamiento del insomnio, junto con Mirta Averbuch, Jefa de la Unidad de Medicina del Sueño de Fundación Favaloro, destacaron una serie de recomendaciones para lograr hábitos saludables y así, mejorar nuestra calidad de vida para dormir mejor.
1. Llevar un estilo de vida saludable y equilibrado. Una dieta basada en alimentos saludables y la práctica de ejercicio físico
regular, configuran los pilares esenciales para gozar de una buena salud. Es recomendable no realizar actividades físicas intensas antes de ir a dormir como así tampoco fumar o automedicarse sin supervisión médica.
2. Adoptar una rutina de descanso ordenada. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño de buena calidad. Es recomendable hacerlo en horarios regulares, tanto para dormir como para despertarse y evitar siestas durante el día mayores a 20 minutos.
Es importante que, al levantarnos, podamos sentir que descansamos durante la noche.
3. Crear un entorno para dormir y evitar las pantallas. Es importante que el cerebro asocie el dormitorio con el descanso. Utilizar la
habitación sólo para dormir resulta fundamental para el sueño. En caso de que no sea posible, se recomienda crear un entorno adecuado para dormir, evitando que el espacio esté muy iluminado o se encuentre en temperaturas de mucho frío o calor. Los especialistas recomiendan, además, evitar el uso de pantallas en los momentos previos al sueño, para lograr el mejor descanso posible.
4. Evitar el consumo de alcohol, cafeína y alimentos pesados antes de ir a dormir. Ingerir comidas pesadas antes de ir a dormir, consumir alcohol o cafeína, puede alterar el proceso digestivo y por consecuencia, incomodar las horas de descanso. Nuestro organismo debe estar ligero y libre de cualquier estímulo que afecte el sueño.
5. Hacer consulta con un especialista ante la aparición de trastornos del sueño. Habitualmente se tiende a asociar algunos trastornos del sueño con estrés, ansiedad, ánimo decaído, entre otras cuestiones. Si bien en muchas ocasiones suele ser secundario a estas condiciones, otras veces es un problema por sí mismo. Consultar con un especialista es importante a la hora de llevar a cabo un tratamiento específico con supervisión médica. Descansar bien puede ser la raíz de muchos beneficios para nuestra salud. Dormir nos ayuda a crecer sanos, activar nuestro sistema inmunológico, preparar nuestro cerebro para aprender cosas nuevas y consolidar lo aprendido, ayudar a nuestro humor y disminuir el estrés. Por eso, estar pendientes de nuestro buen descanso merece la misma atención que cualquier otro chequeo médico. Adoptar pautas de higiene del sueño son excelentes estrategias que nos ayudan a tener un mayor bienestar.