ASí LO AFIRMA UN REPORTE DE LA ONU |

¿Comer bichos adelgaza?

Expertos internacionales afirma que comer insectos, hormigas y orugas aporta nutrientes y ayuda a combatir la obesidad. Algunos restaurantes ya los ofrecen como “manjares exóticos”.

La idea de ingerir insectos, orugas y hormigas puede darle escalofríos, pero los autores de un reporte de la ONU dicen que los beneficios de consumir estos nutritivos animales podría ayudar en la lucha contra la obesidad.

Más de 1.900 especies de insectos sirven como alimento en todo el mundo, en su mayoría en África y Asia, pero los occidentales en general rechazan comer saltamontes, termitas y otros platos crujientes.

Los autores de un estudio del Departamento de Silvicultura, parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dijeron que muchos bichos contienen la misma cantidad de proteínas y minerales que la carne y más grasas saludables que los médicos recomiendan en dietas balanceadas.

«En Occidente tenemos una parcialidad cultural y creemos que porque los insectos vienen de países en desarrollo no pueden ser buenos», dijo el científico Arnold van Huis, de la Universidad de Wageningen en los Países Bajos y uno de los autores del reporte.

Eva Muller, de la FAO, dijo que restaurantes en Europa estaban comenzando a ofrecer platos con insectos, presentándolos a los comensales como manjares exóticos.

El restaurante danés Noma, por ejemplo, elegido como el mejor del mundo por tres años consecutivos en una encuesta, es reconocido por utilizar ingredientes como hormigas y saltamontes fermentados.

Además de ayudar en la costosa lucha contra la obesidad, que la Organización Mundial de la Salud estima se ha casi duplicado desde 1980 y afecta a unos 500 millones de personas, los autores del reporte dijeron que la cría de insectos sería menos dependiente de la tierra que el ganado y produciría menos gases de efecto invernadero.

También crea oportunidades de negocio y exportaciones para personas de bajos recursos en países en desarrollo, especialmente mujeres, que con frecuencia son las responsables de recolectar bichos en las comunidades rurales.

Van Huis dijo que las barreras para disfrutar platos como yogur de larvas de abejas eran psicológicas, ya que en un estudio ciego realizado por su equipo, nueve de cada 10 personas prefirieron albóndigas hechas de carne y lombrices que las compuestas solo de carne.

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