Desde fines del mes de mayo, los países del norte de Europa se ven afectados por un brote de infecciones causadas por la bacteria Escherichia coli (E. coli). Alemania es el país con más casos y le siguen Suecia, Dinamarca y Francia.
Existen diferentes tipos o cepas de E. coli y se pudo determinar que la responsable de este brote es la denominada O104:H4. Hasta el momento, casi 3.000 europeos sufrieron diarrea sanguinolenta causada por esta bacteria y otros 674 (38%) presentaron además compromiso renal. En total, fallecieron 31 personas, muchas de ellas con complicaciones de los riñones.
¿Quiénes son los más afectados?
Aunque estas infecciones afectan más frecuentemente a los menores de 5 años, la mayor parte de las personas afectadas en Europa son adultos (mayores de 20 años) y principalmente mujeres (70 % de los casos).
¿Cómo se produce la infección?
En la mayoría de los casos, este microbio ingresa al organismo al ingerir alimentos contaminados. Si bien en un primer momento se atribuyó el brote europeo a un lote de pepinos importados de España, esta posibilidad ya fue descartada y hasta el momento no se sabe cuál sería la fuente de la infección. La sospecha sigue estando en las verduras.
Por eso, para prevenir nuevos casos, el Instituto Robert Koch de Alemania aconsejó a la población no alimentarse con tomates, pepinos o lechuga, porque las medidas de higiene usuales, como lavar y pelar las frutas y verduras, podrían no ser suficientes.
¿Cuáles son los síntomas?
Cuando la E. coli ingresa por el tubo digestivo y logra sobrevivir a la alta acidez del jugo gástrico, puede infectar el intestino y allí liberar toxinas que se diseminan hacia todo el organismo. Estas toxinas dañan la pared intestinal, lo que provoca dolor abdominal y diarrea sanguinolenta.
En los primeros días de desarrollo de la enfermedad, los signos que deben motivar la consulta médica son:
•diarrea
•sangre en las heces
•vómitos
•dolor abdominal
•irritabilidad
•debilidad
En algunos casos la infección se vuelve más severa y afecta a los riñones, por lo que se la denomina diarrea sanguinolenta con compromiso renal. A medida que avanza el cuadro, puede aparecer:
•disminución de la orina
•palidez
•sensación de fatiga
•disminución del nivel de estado consciente
•convulsiones
Alerta para viajeros
La mayoría de los casos ocurridos en Europa corresponden a personas que viajaron a Alemania y especialmente al norte de ese país. Por eso, a quienes deban viajar a los países afectados se les recomienda no consumir verduras de hojas verdes crudas, tomate y pepinos.
Si al regresar presenta diarrea sanguinolenta o alguno otro síntoma característico de estas infecciones, debe consultar a un médico para ser correctamente evaluado.
Situación en Argentina
El brote de infecciones por E. coli en Europa es una buena oportunidad para recordar que Argentina es el país con mayor número de casos de diarrea sanguinolenta con compromiso renal (o síndrome urémico hemolítico) en el mundo. Por año, cerca de 500 personas contraen esta enfermedad, que afecta principalmente a los niños de entre 6 meses y 5 años, aunque también puede afectar a los ancianos.
En Argentina, la cepa O157 es la que más frecuentemente causa estas infecciones. El 90% de los casos corresponde a la E. coli 0157:H7, que se encuentra fundamentalmente en el intestino de los vacunos.
El riesgo de infección aparece cuando la carne no está cocida en toda su superficie y en el interior. Esto es muy común en las comidas que llevan carne picada. Cuando la cocción se realiza en forma rápida y no homogénea, el calor no logra destruir a las bacterias.
Pero si bien la carne vacuna resulta la principal fuente de contagio, el consumo de lácteos y jugos de fruta no pasteurizados o de verduras y agua contaminada (que hayan estado en contacto con las heces de los animales), también puede desencadenar la enfermedad.
Recomendaciones para prevenir el contagio
• Asegurar la correcta cocción de la carne: la bacteria se destruye a los 70° C. Esto se consigue cuando la carne tiene una cocción homogénea.
• Tener especial cuidado con la cocción de la carne picada.
• Utilizar distintos utensilios de cocina para cortar o tomar la carne cruda y la carne una vez cocida.
• Evitar el contacto de las carnes crudas con otros alimentos.
• Consumir leche, derivados lácteos y jugos de frutas pasteurizados y conservar la cadena de frío.
• Lavar cuidadosamente las verduras y frutas. Existen estudios preliminares que muestran que lavar las verduras de hoja, como la lechuga, con lavandina disuelta en agua (3 ml o una cucharita de té de lavandina disuelta en 1 litro de agua) contribuye a disminuir la cantidad de bacterias en estos alimentos.
• Asegurar la correcta higiene de las manos (deben lavarse con agua y jabón), antes de preparar los alimentos y luego de ir al baño.
• Evitar que los menores de 2 años ingieran comidas rápidas.
• Respetar la prohibición de bañarse en aguas contaminadas.
• Consumir agua potable. Ante la duda, hervirla.