Vena creada con células madre salva a niña de 10 años

Un equipo insertó partículas de la médula de la paciente a un vaso sanguíneo de un donante fallecido al que se le quitó su material vivo.  Tras implantársela  para reemplazar otro conducto obstruido, evitaron que la chica necesitara un trasplante hepático. 

Insertaron las células madre de la paciente a una vena de un donante fallecido que fue genéticamente vaciada. (Foto: Getty)

Médicos suecos reemplazaron en una niña de 10 años un vaso sanguíneo vital que estaba bloqueado, usando por primera vez una vena creada en el laboratorio a partir de células madre de la propia paciente. El exitoso trasplante, publicado en la revista médica The Lancet, marca un nuevo avance en la búsqueda de formas de crear partes del cuerpo humano en el laboratorio.

El desarrollo podría abrir la puerta a los injertos provenientes de células madre para los pacientes con bypass cardíaco y en diálisis que carecen de vasos sanguíneos adecuados para una cirugía de reemplazo.

«Soy muy optimista de que en el futuro cercano podremos trasplantar tanto arterias como venas a gran escala», dijo Suchitra Sumitran-Holgersson, profesora de biología de trasplantes de la Universidad de Gotemburgo y miembro del equipo que realizó la operación en marzo del 2011.

La ventaja de usar tejido creado con las propias partículas de un paciente es que no hay riesgo de rechazo del órgano y, por lo tanto, tampoco necesidad de que la persona tome medicamentos inmunosupresores de por vida.

Hace cuatro años, una mujer de 30 recibió el primer trasplante del mundo de tráquea creada específicamente, que fue desarrollada de una manera similar, tras sembrar en el órgano de un donante las células madre de la propia paciente. Otras operaciones similares se han realizado tras esta intervención.

El nuevo caso involucró a una niña con la vena porta hepática obstruida, que es la que drena la sangre de los intestinos y el bazo hacia el hígado. Su bloqueo puede resultar mortal.

El equipo de la Universidad de Gotemburgo tomó un trozo de 9 centímetros de la vena femoral de un donante fallecido y le quitó todas las células vivas, quedándose simplemente con un tubo de proteína que funcionó como carcasa para el nuevo injerto.

Las células madre extraídas de la médula de la niña fueron luego introducidas en el tubo y dos semanas después el injerto fue implantado en la paciente.

El nuevo vaso sanguíneo restauró inmediatamente el flujo normal de sangre, según indicaron los médicos, aunque luego de un año se estrechó y fue necesario un segundo injerto creado con células madre.

Martin Birchall y George Hamilton, del University College de Londres, señalaron en un comentario en The Lancet que los médicos suecos le habían evitado a la niña el trauma de tomar venas de lo profundo de su cuello o pierna y también la necesidad de un trasplante hepático.

No obstante, advirtieron que la técnica ahora debe ser evaluada en ensayos clínicos y desarrollada en un proceso de producción con un estricto control de calidad.

Sumitran-Holgersson dijo que su equipo ya simplificó el proceso y ahora puede tomar células madre de la sangre en lugar de tener que extraerlas de la médula. La experta apunta a probar la técnica con arterias más adelante este año.

«Cada vez se verán más injertos personalizados como éste en el futuro», dijo la científica en una entrevista telefónica.

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