Los expertos en medicina suelen jerarquizar las muertes en la infancia provocadas por enfermedades y desestiman las consecuencias y la fatalidad de los accidentes. Sin embargo, en 2008, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó su primer informe sobre el problema, que indicaba las cinco causas principales de incidentes en los niños y las medidas para prevenirlos. Por orden de severidad y frecuencia, ellas son:
Accidentes de tránsito: 260.000 muertes por año (la mayoría son pasajeros de vehículos en los países desarrollados, y peatones o ciclistas en los países más pobres). La solución: uso obligatorio del cinturón de seguridad, límite de velocidad y penalidades más severas para los conductores alcoholizados. La clave: reforzar y cumplir las reglas y las leyes.
Ahogamientos: 175.000 muertes por año. Las solución: supervisión de los padres, piletas cercadas y educación en técnicas de RCP.
Quemaduras: 96.000 muertes por año. El riesgo es mayor en los niños más pequeños y le siguen los adolescentes. La solución: el cuidado de los padres, evitar el uso de fuegos artificiales y los detectores de incendio, que son importantes para la prevención.
Caídas: 47.000 muertes por año. Las causas: la desatención de los adultos responsables, un entorno poco seguro para niños y el bajo nivel instructivo de la madre. La solución: los programas de educación para padres, y adaptar los ambientes y los muebles para los niños, además de colocar protectores de ventana.
Envenenamiento: 45.000 muertes por año. Los niños menores de un año corren más peligro. La solución: usar envases resistentes a niños, tomar en cuenta la educación y las medidas para no guardar venenos en la casa o mantenerlos fuera del alcance de los pequeños.
En la Argentina, los accidentes de tránsito son la primera causa de muerte en menores de 35 años. Las cifras de fallecimiento resultan significativas: 8 o 10 veces más víctimas fatales que en la mayoría de los países desarrollados, en relación al número de vehículos circulantes.
