La droga ketamina, utilizada originalmente en caballos por sus propiedades analgésicas y anestésicas, pero empleada como alucinógeno, tendría efectos «dramáticos» y «muy prometedores» en tratamientos contra la depresión, de acuerdo a un estudio científico realizado en el Reino Unido.
De acuerdo a un equipo de médicos de Oxford, varios pacientes que sufrían de un tipo de depresión incurable desde hacía décadas registraron la desaparición de esos síntomas pocas horas después de haber consumido dosis pequeñas de esa droga.
El estudio científico a 28 pacientes, y que fue publicado en la revista especializada Journal of Psychopharmacology, expuso que los beneficios farmacológicos de la ketamina en pacientes con depresión pueden durar por meses.
Expertos en el tema indicaron por su parte que las conclusiones del informe podrían abrir toda una serie de posibilidades para llevarse a cabo más investigaciones sobre los beneficios de la ketamina.
En Gran Bretaña, la depresión afecta a un 10% de la población en algún momento de sus vidas y es considerada una enfermedad común.
Algunos antidepresivos, como el prozac, y terapias de comportamiento, pueden ayudar a algunos pacientes que sufren del cuadro, aunque para ciertos individuos est3e abordaje no es efectivo.
Los científicos de Oxford suministraron a los pacientes dosis pequeñas de ketamina durante un período de 40 minutos en seis ocasiones.
Ocho de los voluntarios mostraron claras mejorías en sus niveles de depresión, mientras que cuatro de ellos mejoraron tanto que dejaron de ser considerados como depresivos.
Entre los voluntarios, varios pacientes respondieron al tratamiento seis horas después de la primera ingesta de la droga.
El doctor Rupert McShane, que encabezó la investigación, afirmó que los resultados de la ketamina en tratamientos contra la depresión «fueron muy dramáticos» para algunos pacientes.
«Es el tipo de cosas que hace que valga la pena haber estudiado psiquiatría, es algo magnífico de ver», subrayó el experto.
«Los pacientes nos decían: ‘Ah, así es como solía pensar antes’, mientras que sus familiares nos cuentan: ‘Nos devolvieron a nuestro ser querido'», agregó McShane.
El científico dijo que algunos de los pacientes que mostraron importantes mejorías sufrían de depresión desde hacía más de 20 años.
Sin embargo, McShane explicó que la duración de los efectos sigue siendo un problema.
Algunos pacientes sufrieron una recaída días después de ingerir las primeras dosis, mientras que otros dijeron haber sentido mejorías hasta tres meses después, y desde entonces han recibido dosis adicionales de ketamina.
Los expertos dijeron también que en pocos casos se registraron efectos colaterales, como en un paciente que sufrió la interrupción momentánea de irrigación sanguínea al cerebro.
«Es emocionante, pero por ahora no se utilizará en tratamientos de rutina ya que tendremos que hacer un seguimiento a las respuestas de pacientes. No va a reemplazar al prozac», subrayó McShane.
Por su parte, David Taylor, profesor de psicofarmacología del King’s College de Londres, declaró a la BBC que en la mayoría de los casos de pacientes con depresión aguda «el camino no tiene retorno».
«Pero este nuevo tratamiento con ketamina muestra que la depresión tiene que ver con algo químico, que puede ser revertido con químicos y echa por tierra de una vez por todas el preconcepto de que el paciente puede curarse por sí solo», destacó.
Taylor dijo que en el futuro compañías farmacéuticas podrían sintetizar una droga que tenga todos los beneficios de la ketamina, pero sin los efectos colaterales vistos en dosis suministradas por vía intravenosa, por ejemplo, al diseñar un fármaco que pueda ser inhalado.
El Ministerio del Interior británico ha reclasificado como droga Clase B a la ketamina, que además de ser consumida por jóvenes en discotecas es utilizada en la medicina para tratamientos contra dolores de espalda y como anestésico. Es además un anestésico muy utilizado en la medicina veterinaria.