Científicos del Reino Unido calcularon de forma matemática cómo los atributos físicos influyen en las primeras impresiones luego de hacer a voluntarios observar rostros desconocidos. Comprobaron que pequeños cambios en sus dimensiones pueden hacer que las caras parezcan más confiables, atractivas o dominantes.
Los investigadores calcularon las diferencias tras comparar calificaciones de 1000 fotos diferentes. Las conclusiones, publicadas en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences) surgieron de la pregunta de si se podía medir en forma matemática las primeras impresiones.
Tom Hartley, científico experto en neurociencia de la Universidad de York, dice que su trabajo añade los detalles matemáticos, que podrían ser muy útiles, ya que las primeras impresiones positivas son importantes en un mundo dominado por las redes sociales, desde Linkedln hasta Tinder. En su opinión, la aplicación de su modelo numérico en las fotos que la gente usa para presentarse en internet tiene potencial comercial, ya que “podría ser muy útil”.
Para sus cálculos, los investigadores mostraron cada una de las 1.000 fotografías de rostros de internet al menos a seis personas diferentes, que las calificaron en 16 rasgos sociales. Esas calificaciones se engloban en tres características principales: si un rostro es (a) amable, (b) dominante y (c) atractivo.
Tras medir los atributos físicos de los mil rostros y unirlos con calificaciones, Hartley y su grupo construyeron un modelo matemático de cómo las dimensiones faciales producen esas tres impresiones. Combinando estas medidas, el modelo acertó en más de la mitad de las variaciones de las respuestas de la gente a las mismas caras.
«Nos sorprendió lo bien que podíamos predecir esos juicios sólo con base en las imágenes», dijo Hartley. Según informó el sitio BBC Mundo, el siguiente paso fue extrapolarlo a la computadora. Utilizando el nuevo modelo, el equipo produjo versiones ilustradas de los rostros más y menos amables, dominantes y atractivos, así como también las posibilidades intermedias.
Cuando los investigadores pusieron a prueba las ilustraciones obtenidas, los voluntarios las calificaron de la misma manera que a los rostros reales.
Tras los resultados, el equipo se preguntó si es posible entonces afirmar que de acuerdo a cómo es la mandíbula humana, un rostro es más o menos digno de confianza, o si una cara tiene aspecto más asertivo por la forma de las cejas. En respuesta, Hartley se mostró cauteloso.
«Muchos de los rasgos del rostro tienden a variar cuando están juntos. Así que es muy difícil determinar con certeza que una característica del rostro en particular contribuye a una cierta impresión social», explicó.
Sin embargo, el estudio puso de manifiesto cuestiones que pueden deducirse a priori, como que una sonrisa amplia suele considerarse como más amable y digna de confianza.
Fuente: BBC Mundo