La malaria, una de las enfermedades mortales en las que más ha centrado su atención la comunidad internacional, mata a más de medio millón de personas al año y desafía todos los esfuerzos desplegados para ponerla bajo control.
Tres de cada cuatro muertes corresponden a niños por debajo de los cinco años, reveló la Organización Mundial de la Salud (OMS), con vistas al Día Mundial de la Lucha contra la Malaria, que se conmemora el 25 de abril.
La mortalidad que causa la malaria entre los menores tendría como una de sus principales causas el escaso acceso que éstos tienen a un tratamiento, con sólo uno de cada cinco niños enfermos que reciben medicación en África, continente que concentra el 90% de casos y de fallecimientos.
Hechos como que 278 millones de personas en África no cuenten con un mosquitero tratado con insecticida o que 15 millones de mujeres embarazadas no hayan recibido una dosis preventiva para evitar el contagio son otras razones para que la propagación de la malaria continúe, dijeron expertos de la OMS.
«Ante la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra la Malaria, este 25 de abril, debemos reconocer que es urgente aumentar las medidas de prevención y mejorar las pruebas de diagnóstico», declaró en una rueda de prensa el director general adjunto de la OMS responsable de enfermedades tropicales, Hiroki Nakatani.
Según los datos recogidos por la organización sanitaria, en 2013 hubo 198 millones de casos de malaria en el mundo y 584.000 fallecimientos, de los cuales 437.000 eran de niños.
Esto a pesar de los avances que los especialistas de la OMS reconocen en el acceso a los tratamientos, con 392 millones de dosis terapéuticas a base de artemisina distribuidas en 2013, frente a 11 millones en 2005.
Esta es la terapia recomendada, por su probada potencia y porque tiene efectos secundarios reducidos. Su eficacia aumenta combinada con otros fármacos.
La tasa de mortalidad de la malaria se ubica en un 47% a nivel mundial y en un 54% en África, mientras que para los menores de cinco año es del 53% globalmente y del 58% en África.
Se estima que los esfuerzos de sensibilización y financiación internacional han evitado cuatro millones de muertes por malaria desde 2001.
No obstante, «millones de personas siguen sin recibir tratamiento contra la enfermedad, en primer lugar porque su acceso a los centros de atención sanitaria es limitado», explicó la OMS.
La entidad aconseja que se someta a pruebas de diagnóstico a todos los casos sospechosos de malaria para garantizar que los medicamentos sólo se usan en personas que realmente han contraído la enfermedad.
Existe actualmente una prueba rápida de diagnóstico que está ampliamente disponible y de la que se compraron 319 millones de unidades en 2013, casi siete veces más en comparación con 2008.
Esto no impide, sin embargo, que el 40% de personas que llegan a establecimientos de salud en África con sospecha de padecer malaria no sean sometidas a prueba alguna.
La OMS se prepara para presentar en su asamblea anual, que se celebrará en mayo, un nuevo plan estratégico de lucha contra la malaria para el periodo 2016-2030, en el que plantea reducir un 40% los casos de aquí a 2020 y un 90% hasta 2030.