Investigadores italianos postularon que un simple examen de saliva permitirá diagnosticar y evaluar qué evolución tendrá en un paciente el mal de Parkinson y que esta prueba podría sustituir a la invasiva punción lumbar.
El descubrimiento, fruto de un equipo de la Universidad La Sapienza de Roma, encabezados por el neurólogo Alfredo Beradelli, fue publicado en la revista PLoS ONE y analizado en el II Congreso de la Academia Italiana para el Estudio del Mal de Parkinson y los Disturbios del Movimiento.
Se trata de un descubrimiento «que será muy útil en el diagnóstico y la práctica clínica para evaluar la marcha en el tiempo de la enfermedad, y esto permitirá establecer las estrategias terapéuticas mejores para cada paciente», explicó Beradelli.
Los investigadores, en efecto, identificaron que en la saliva de los pacientes con Parkinson baja la alfa-sinucleina, una proteína bastante abundante en el sistema nervioso y en otros órganos.
Normalmente la alfa-sinucleina contribuye a la liberación de neurotransmisores entre las terminaciones nerviosas, favoreciendo el intercambio de informaciones, y ayuda a la transmisión del neurotransmisor dopamina, crucial en el control de los movimientos y carente precisamente en el Parkinson.
Medir las concentraciones de tal proteína y sus componentes directamente en la saliva, explicó el experto, «representa un gran paso adelante respecto de las complejas mediciones de escasa maniobrabilidad efectuadas hasta ahora mediante punción lumbar, que es invasiva, dolorosa y escasamente repetible».
«Desde hace tiempo la comunidad científica está en busca de un biomarcador capaz de ayudar al médico en el diagnóstico y evaluación de la evolución de la enfermedad: ahora hemos demostrado que, respecto de los sujetos sanos de igual edad, en los pacientes con Parkinson se reduce la alfa-sinucleina y esto se puede relevar directamente en la saliva, y tal parámetro se relaciona proporcionalmente con la gravedad del cuadro motor», agregó.
La saliva representará, por lo tanto, un marcador más sencillo y menos invasivo respecto del análisis mediante punción lumbar, pero los resultados, «obviamente serán confirmados por otros estudios», precisó el neurólogo.
Otro gran avance respecto de la terapia, recuerdan los especialistas, es la Estimulación Cerebral Profunda (DBS), que fue introducida a mediados de los años 80 y revolucionó el tratamiento de la enfermedad mediante microimpulsos eléctricos que reactivan las neuronas llevándolas a las condiciones que tenían cuando aún eran sensibles.
El mal de Parkinson afecta sobre todo a los ancianos, pero una persona cada cinco manifiesta síntomas antes de los 50 años. Y no sólo el Parkinson: los expertos también analizaron las distonías, es decir los disturbios del movimiento caracterizados por lentos movimientos repetitivos, posturas anómalas y temblores musculares incontrolables que sufren miles de personas, pero que por falta de marcadores biológicos provoca grandes retrasos en el diagnóstico.