El verano habilita a hablar de un problema de salud en ascenso: la tanorexia o adicción al bronceado, una condición en la cual una persona genera una necesidad obsesiva para lograr un tono de piel más oscuro, ya sea tomando el sol al aire libre o en cabinas de rayos UV.
Si se sufre este problema, la persona nunca cree que su bronceado es suficiente, porque percibe su color más claro que el real. De hecho, un estudio publicado en marzo de 2014 en la Revista de la Academia Americana de Dermatología, en el que participaron más de 500 estudiantes universitarios muy tomadores de sol, mostró que más del 30% de los encuestados tenían dependencia al bronceado y que el 12% presentaba signos de adicción problemáticos.
A nivel local, en la campaña anual de prevención del cáncer de piel 2013, de la Sociedad Argentina de Dermatología, se obtuvo la siguiente información. Del total de los 9551 encuestados de todas las edades, el 59,3% refirió un contacto solar ocasional, en tanto que el 29% reconoció´ una exposición diaria. Asimismo, se consignó que el 28,7% se protege del sol siempre, el 28,5% no lo hace nunca y el 24,5% solo lo hace en vacaciones.
“Otro dato interesante resultó que, sólo la mitad de los encuestados aplica más de una vez al día el protector solar y que comparado con cinco años atrás, esto último no había variado. No protegerse de las radiaciones ultravioletas conlleva consecuencias preocupantes para la salud de la población», explicó la doctora Laura Mijelshon, dermatóloga y directora del Centro Piel y Estética.
Al ser causado por las radiaciones ultravioletas, el cáncer de piel se considera uno de los más evitables, indicó la profesional. El público en general conoce los daños potenciales del sol y de la cama solar pero, a pesar de ello, muchos continúan bronceándose intencionalmente.
Es fundamental respetar los horarios de exposición solar (no hacerlo entre las 11 y las 16.00, así como aplicar siempre un protector indicado por el dermatólogo, media hora antes de exponerse, renovándolo cada hora y media a 2 horas.
¿Pero, por fuera de las recomendaciones, que no siempre se siguen, cómo saber si usted es un adicto al sol? Según la doctora, si responde que sí a la mayoría de estas preguntas, debería reconsiderar sus hábitos de exposición.
• ¿Ha abandonado actividades cotidianas para ir ansiosamente a camas solares o a tomar sol?
• ¿Siente que usted nunca logra el bronceado soñado porque le gustaría tener más color?
•¿Cree que el tener un color de piel más bronceado le permite hacer más amistades y relaciones?
• ¿Piensa que el estar muy bronceado es signo de salud y energía?
