Se anunció recientemente el lanzamiento en el país de la primera y única vacuna antigripal desarrollada en cultivo celular. Esta novedosa tecnología presenta una alternativa más eficaz a la fabricación tradicional a base de huevos.
Varios factores pueden alterar la efectividad de la vacuna antigripal, uno de ellos es la falta de coincidencia entre las cepas circulantes y las contenidas en la vacuna. El proceso de replicación del virus en huevo puede generar cambios (adaptación) que den lugar a estas diferencias o falta de coincidencia y, por consiguiente, tendría una implicancia directa en la respuesta inmunitaria del organismo. La tecnología de cultivo celular evita esta adaptación, lo que generaría una coincidencia más fiel entre las cepas contenidas en la vacuna y las cepas circulantes definidas cada año por la Organización Mundial de la Salud y por lo tanto permitiría mejorar la efectividad de las vacunas. También puede ofrecer ventajas adicionales como las de una producción más rápida, flexible y a gran escala, una característica fundamental que permite hacer frente a cambios inesperados en la demanda, ya sea por una mutación de la cepa circulante o también en caso de una eventual pandemia.
De acuerdo a los datos obtenidos en un reciente estudio denominado “Análisis de costo-efectividad de la vacunación de influenza estacional producida en cultivo celular versus la vacuna producida en huevo en población infantil y adulta en Argentina” se concluye que “la vacuna tetravalente de influenza producida en cultivo celular (QIVc) sería costo-efectiva en comparación con la vacuna tetravalente contra la influenza producida en huevo (QIVe). Los posibles beneficios para la salud y la disminución de los costos asociados serían aún mayores en aquellas temporadas de influenza, donde predominen problemas de mutaciones a causa de la adaptación al huevo”. Se utilizaron los datos de la carga de enfermedad en Argentina durante el perído 2014-2019 (para determinar la incidencia promedio y la proporción de casos de influenza A y B, así como la frecuencia de discordancia del linaje de Influenza B). Los resultados indican que el uso de la nueva vacuna de cultivo celular (QIVc), en comparación con la tetravalente producida en huevo (QIVe), podría haber evitado 17.857 casos de influenza, 2.418 consultas, 316 hospitalizaciones y 12 muertes.
Se trata de una vacuna tetravalente inactivada que proporciona una inmunización activa frente a las 4 cepas del virus de la influenza (2 de tipo A y 2 de tipo B) recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la temporada 2022 del hemisferio sur. Tiene un perfil de seguridad y tolerabilidad similar a las vacunas disponibles contra la influenza.
Fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) durante el 2021 para su uso a partir de los 6 meses de vida. Esta vacuna estará solo disponible en el mercado privado.
Es una vacuna que ya ha sido aprobada y es utilizada en otros países. Es la única vacuna inactivada contra la influenza a base de células aprobada por la autoridad sanitaria de los Estados Unidos (FDA – Food & Drug Administration). También cuenta con aprobaciones de la autoridad sanitaria europea (EMA), Canadá y ha sido recomendada por el Comité de Vacunas e Inmunizaciones del Reino Unido. Más de 150 millones de dosis ya han sido distribuidas desde 2017.
La vacuna es comercializada por Seqirus, compañía del grupo australiano CSL, dedicada exclusivamente a la producción de vacunas antigripales. Desde el 2017 está presente en Argentina y cuenta con diversas vacunas antigripales: 2 trivalentes (una de ellas adyuvantada para mayores de 65 años) desarrolladas de manera conjunta y en alianza con Sinergium Biotech, para el Calendario Nacional de Vacunación; y 2 tetravalentes una desarrollada con tecnología tradicional en huevo y la nueva vacuna producida con tecnología de cultivo celular.
Sobre la gripe o influenza
El virus de la influenza puede causar una enfermedad leve o grave. Cualquier persona puede contraerla y los problemas de salud pueden surgir a cualquier edad. Sin embargo, en personas con factores de riesgo, genera mayores posibilidades de enfermedad grave que incluso puede causar la muerte. Todas las personas a partir de los 6 meses de vida en adelante deberían vacunarse contra la influenza cada temporada (salvo raras excepciones). El Comité Asesor sobre Prácticas de Vacunación (ACIP por sus siglas en inglés) del Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) mantiene esta recomendación desde la temporada de influenza 2010-2011. La vacunación es especialmente importante para las personas con mayor riesgo.
Desde el año 2011, la vacuna antigripal forma parte del “Calendario Nacional de Vacunación” con el objetivo de “disminuir las complicaciones, hospitalizaciones, muertes y secuelas ocasionadas por el virus de influenza en la población de riesgo en Argentina”. Los grupos considerados de riesgo y población objetivo para el Ministerio de Salud de la Nación y que deben recibir la vacuna de forma obligatoria y gratuita en cualquier hospital o vacunatorio público son: personal de salud, personal estratégico, embarazadas (en cada embarazo y en cualquier trimestre de la gestación), puérperas (hasta el egreso de la maternidad con un máximo de 10 días si no recibió la vacuna durante el embarazo), niños y niñas de 6 a 24 meses de edad (si se inmunizan por primera vez deben recibir 2 dosis, separadas por al menos 4 semanas, luego ya pasan al esquema de 1 dosis anual), personas entre los 2 y 64 años con factores de riesgo (se requiere orden médica excepto obesos) y personas de 65 años en adelante. El grupo de riesgo de entre 2 a 64 años incluyen personas con enfermedades respiratorias, cardíacas, inmunodeficiencias, pacientes oncohematológicos y convivientes, trasplantados, obesos con índice de masa corporal mayor a 40, personas con diabetes, insuficiencia renal crónica, convivientes de prematuros menores de 1.500 gramos, entre otros.