La tasa de embarazos se triplicó en Haití en los campamentos de los desplazados por el terremoto del pasado 12 de enero, según una investigación de la Organización de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA) y el Ministerio de Salud Publica y Población (MSPP) local.
El experto de la UNFPA Gabriel Bidegain, quien dirigió el trabajo, explicó que normalmente hay un 4% de embarazadas en la zona urbana, pero en los campamentos encontraron un 12%. “Entre diciembre y enero vamos a ver una importante tasa de natalidad», señaló el experto.
Alrededor de 270.000 niños nacen cada año en Haití, el país más pobre de América.
Es por eso que Bidegain mostró preocupaciones ante la posibilidad de que no se tomen en cuenta las medidas sanitarias.
«El problema es que varias de las ONG de salud que intervienen en los campos van a salir en diciembre y enero en el mismo momento que habrá más nacimientos», declaró para luego agregar que con esta situación, “hay una perspectiva de aumento de la mortalidad materna e infantil». El experto estimó que el fenómeno constatado resulta de «una situación clásica en periodo de crisis», pero confió en que «la tendencia podría bajar próximamente».
También, según Bidegain, la investigación demostró que hay una «necesidad” por parte de las parejas de tener “más informaciones y acceder a los métodos de protección». Entre las medidas de contracepción promovidas en Haití se hallan el preservativo, la inyección y el comprimido.
Por otra parte, el experto rechazó que haya un aumento de las violaciones de mujeres en los campamentos y aseguró que la tasa se mantiene en el 1%, similar a la de antes del terremoto.
”Hay una manipulación mediática que se hace para indicar que los haitianos son violadores y ladrones», denunció Bidegain, a la par que opinó que, según él, la tasa de abusos es inferior a la de todas las grandes ciudades de América Latina.
El referente también habló de una «nueva conformación de las relaciones de parejas y de las relaciones sociales» en las zonas afectadas por el terremoto. Detalló que el 63% de las familias que viven en los campos de desplazados son dirigidas por mujeres, mientras que en el resto del país el 54% de las familias son lideradas por los hombres.