La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó sus nuevas recomendaciones para combatir la malaria, entre las que destaca la de someter a todos los casos sospechosos a un test de diagnóstico rápido antes de prescribir un tratamiento.
En gran parte de los países africanos, la fiebre es el factor determinante para declarar un caso de malaria, lo que provoca que se administren equivocadamente medicamentos contra esta enfermedad a personas que en realidad no la padecen.
El director del Programa sobre Malaria de la OMS, Robert Newman, explicó que esa situación provoca el aumento de la resistencia a los tratamientos más recientes contra la malaria, uno de los principales problemas en el combate de esta enfermedad.
Por esa razón, la nueva directiva del organismo indica el uso de un test que cuesta 0,50 dólares y que, por su sencillez, puede incluso ser utilizado fuera de instalaciones médicas.
El nuevo test ha pasado por proyectos piloto para demostrar que puede ser utilizado en entornos rurales y en comunidades con un limitado nivel de formación.
Sólo se requiere una gota de sangre sobre una tira reactiva en el que el resultado aparece marcado en pocos minutos, demostrando o descartando de manera segura la presencia en la sangre de los parásitos responsables de la malaria.
Según los últimos datos disponibles, sólo el 22% de sospechosos de malaria son sometidos a pruebas de confirmación en 18 de los 35 países africanos que han brindado información a la OMS.
Newman sostuvo que el objetivo del organismo es promover un test de diagnóstico universal, lo que permitiría una mejor aplicación de la terapia combinada en base a la artemisina.
Señaló que en términos económicos este cambio es rentable porque se aplica un test que cuesta 0,50 dólares y en el caso de que no se trate de malaria (la mayoría de personas en estado febril resultan negativas al diagnóstico) se ahorra la terapia, valuada en 0,75 dólares