El consumo de tabaco es responsable de más de un tercio de los casos más graves de artritis reumatoidea y de uno de cada cinco de la enfermedad en general, según un estudio difundido en una publicación del British Medical Journal (BMJ).
De acuerdo con la investigación, también está detrás de más de la mitad de los casos del mal en personas genéticamente predispuestas a desarrollar la enfermedad.
El trabajo, realizado en Suecia, confirma que el tabaco es uno de los factores de riesgo más importantes para la artritis, en el mismo grado que lo es para los infartos de arteria coronaria y un poco menos que en el cáncer de pulmón (donde el tabaco es responsable en un 90% de los casos).
Los expertos basaron sus conclusiones en el análisis de 1.200 personas, de entre 18 y 70 años, con artritis reumatoidea y registradas en 19 clínicas de Suecia; compararon estos análisis con los de 871 voluntarios de las mismas edades y sexo pero sin la enfermedad.
A todos se les preguntó por su hábito de tabaco y se les dividió en tres categorías según cuánto tiempo hacía que eran fumadores.
Se les hicieron análisis de sangre para determinar si había predisposición genética a la artritis y evaluar la gravedad de la enfermedad si la padecieran, en función del nivel de anticuerpos.
Un 61% de los que sufrían artritis reumatoidea tenían la forma más grave del mal, que es también la más común, lo que se confirmó al dar los afectados positivo en el test de anticuerpos de anti-péptido cíclico citrulinado (ACPA, por sus siglas en inglés).
Las personas que más fumaban (unos 20 cigarrillos al día durante al menos 20 años) tenían 2,5 veces más probabilidad de dar positivo de ACPA. El riesgo se reducía para quienes habían dejado el hábito de forma proporcional a cantidad de años interrupción. Pero entre ellos, los que habían fumado en grandes cantidades seguían teniendo un riesgo relativamente alto, pese a haber pasado hasta 20 años sin un cigarrillo.
En función de estos datos, los expertos concluyeron que un 35% de los casos de artritis grave (positivo de ACPA) se podían atribuir al tabaco, y uno de cada cinco diagnósticos de artritis reumatoide en general.
Entre las personas con predisposición genética y que dieron positivo de ACPA, la relación con el tabaco era de un 55%, con mayor riesgo cuanto más alta era la adicción.
Los autores del estudio publicado en «Annals of the rheumatic deseases» señalan que hay otros factores medioambientales que pueden contribuir a la artritis reumatoide, incluidos la polución del aire, y también factores hormonales.
Sin embargo, subrayan que su estudio aporta suficientes pruebas como para recomendar a las personas con un historial familiar de artritis reumatoide que dejen de fumar.