A principios de noviembre de 1906, Alois Alzheimer, un psiquiatra y neurólogo alemán, presentó ante sus colegas el caso de una paciente, Auguste, que había muerto de una rara enfermedad mental. Un siglo después, se la reconoce como la forma más común de demencia en los adultos mayores.
Y aunque la Enfermedad de Alzheimer (EA) sigue sin tener cura, se lograron importantes avances en la comprensión de este mal, que permitieron establecer en 1984 una lista de criterios para el diagnóstico clínico. Estas pautas acaban de ser revisadas por un grupo de expertos internacionales para incluir los conocimientos científicos y médicos alcanzados en los últimos 27 años.
“Nuestra principal contribución fue establecer un cambio de concepto sobre la enfermedad”, explicó a Docsalud.com Guy McKhann, profesor del Departamento de Neurología de la Universidad Johns Hopkins y coautor de la revisión. “Ahora sabemos que la EA es más que una demencia, es un proceso patológico que comienza muchos años antes”, agregó.
En una serie de 3 informes publicada recientemente en la revista Alzheimer’s & Dementia, los especialistas convocados por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, principal organismo responsable de realizar investigaciones científicas sobre EA en EEUU, analizaron el progreso de la enfermedad desde las etapas tempranas hasta la manifestación de demencia.
Criterios actualizados
Como punto de partida, los investigadores consideraron necesario llamar la atención sobre las características distintivas de la EA. Hace unas décadas no se reconocían ciertas enfermedades, como la demencia por cuerpos de Lewy o la demencia frontotemporal, que afectan a personas de la misma edad. “Ahora definimos con mayor claridad cómo realizar un diagnóstico diferencial del Alzheimer”, remarcó McKhann.
La pérdida de memoria como rasgo clínico de diagnóstico fue otro criterio que sufrió una importante modificación. Se sabe ahora que no todos los pacientes con EA presentan este déficit primario, como se había establecido anteriormente.
Con el foco en las etapas preclínicas
Los expertos se concentraron también en las etapas iniciales (preclínicas) de la enfermedad porque, como explica MacKhann, “en el futuro podrían significar una oportunidad para nuevas terapias”. El neurólogo aclara que el conocimiento actual les permitió elaborar una serie de recomendaciones que, por el momento, no son aplicables al diagnóstico médico, pero sí útiles para las investigaciones y ensayos clínicos que están en marcha.
“El diagnóstico temprano de la enfermedad dependerá de que se logre la evaluación clínica del deterioro cognitivo leve, una fase previa a la demencia”, agrega. Y anticipa que será la clave para el tratamiento futuro de la enfermedad.