La Organización Mundial de la Salud (OMS) instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987 para concientizar sobre los daños que provoca el tabaquismo. Al respecto la diputada Paula Bertol (PRO) , autora junto a Helio Rebot de la Ley de Control del Tabaco en la Ciudad de Buenos Aires afirmó que “el tabaco es la principal causa de muertes prevenibles, enfermedades y discapacidades en el mundo”.
En el país, el 16% de las muertes de mayores de 35 años se debe a causas relacionadas con el tabaquismo, lo que representa 40 mil decesos anuales. En ese sentido, la diputada reclama “una ley nacional que nos proteja de la exposición al humo ajeno”.
“Para que llegue al recinto sólo resta el tratamiento por parte de la Comisión de Presupuesto, presidida por el Diputado Gustavo Marconato. Perder tiempo en la sanción de esta ley equivale a perder vidas. No nos demoremos más. Hagamos cumplir este derecho humano fundamental como es el derecho a la salud” enfatizó Bertol.
En entrevista exclusiva con DocSalud.com, la diputada del PRO relató como surgió la idea de lanzar la Ley 1799, cuáles son las luchas pendientes y los cambios que regirán en la Ciudad de Buenos Aires a partir del 5 de enero, donde las excepciones quedan definitivamente eliminadas.
P: ¿Cuándo surgió la idea de la Ley 1799?
Paula Bertol: La idea surgió en 2004, cuando un grupo de senadores californianos visitó el país siendo yo legisladora de la Ciudad por el PRO. Me contaron cuán exitosa había sido la primera norma para proteger a los que no fumaban del humo ambiental del tabaco y de esa manera me llegó material que confirmaba que estas leyes no bajaban las ventas en los bares, que los niños aumentaban la edad de inicio – que actualmente está entre los 12 y 13 años- e infinidad de información que me daba ánimo para intentarlo. Además, en lo personal, muy poco tiempo atrás había fallecido mi madrina de confirmación, una mujer muy joven de 53 años que fumaba tres atados diarios. Al tener información científica que me avalaba y la verificación de este grupo, que confirmaba que esta norma podía impulsarse, me llevó a querer lograr una ley donde no se fumara ni en los hospitales ni en los colegios. Pero una vez que tuve el proyecto sobre mi escritorio, sentí que era poco ambicioso y que la mejor manera de negociar era ir por todo. Cuando decidimos ampliarlo descubrí que el diputado Helio Rebot tenía un proyecto con mucha información. Lo llamé, nos asociamos e hicimos una ley proponiendo que no se fumara en los espacios públicos y privados con acceso público.
P.: Pero el artículo 21 admitía ciertas excepciones.
P. B.: Así es. Si bien en pocos meses logramos que en la Comisión de Salud saliera un dictamen de una Ciudad 100% libre de humo, sin excepciones, las dificultades llegaron cuando este dictamen llegó finalmente al recinto. En ese momento surgieron todo tipo de presiones: por un lado, las de las tabacaleras, que se vieron sorprendidas con una norma que parecía salir muy rápido; pero también la de los propios legisladores que fumaban. Por suerte los medios ayudaron mucho al manifestarse a favor de este tipo de resoluciones o normas que son muy saludables y a la semana estuvimos aprobando una ley, donde tuvimos que acordar determinadas excepciones.
Finalmente y con el tiempo, porque los cambios de conducta así lo requieren, pudimos avanzar desde el ejecutivo y el proyecto de Ciudad libre de humo fue presentado en mayo de este año por varios legisladores actuales, entre ellos Helio Rebot. Con la eliminación del artículo 21, a partir del 5 de enero vamos a tener una Ciudad 100% Libre de Humo. Para lograrlo, contamos con el apoyo de la Sociedad civil, neumonólogos y cardiólogos.
P.: ¿Cómo le gana la convicción a los obstáculos y a que obstáculos les tuvieron que ganar?
P. B.: Le gana con entusiasmo, con vocación, con valores, trabajo y esfuerzo. Los obstáculos fueron muchos. Uno podría pensar que los más grandes vinieron desde afuera, por parte de las tabacaleras. Pero también tuvimos los de nuestros propios compañeros que temían que esta ley fuera lo que se dice vulgarmente “piantavotos”, porque era septiembre y las elecciones eran en octubre. Otros deseaban frenar esta norma porque veían, precisamente, todo lo contrario: que podía exitosa, con encuestas muy favorables con la población de la Ciudad de Buenos Aires, porque más del 80% estaba a favor de los ambientes libres de humo. Los obstáculos también vinieron de la propia desidia parlamentaria. Pero hubo tanta fuerza, tanta convicción y tanta organización en el tratamiento de esta ley, que lo logramos. Fuimos uno por uno a explicar e informar. Hubo sólo un actor que no fue llamado, que fue la Asociación de Bares y Restaurantes y terminó por ser el disonante. Estuvimos peleando mucho tiempo pero también esta pelea sirvió para que se considere a los trabajadores de los bares, se los defienda y los proteja.
P.: ¿Surgieron problemas de cumplimiento porque la ley nunca fue reglamentada?
P. B.: Como la ley era de fácil aplicación, es decir, donde no está permitido, no se fuma, no tuvimos grandes problemas, salvo con el artículo 21, pero ahora se eliminó y a partir del 5 de enero se eliminan las excepciones. De todas formas, nosotros comunicamos con mucha autoridad que la ley está por encima de la reglamentación y la falta de este paso no impedía su cumplimiento.
P.: ¿La nueva ley prevé reglamentar “qué es un espacio cerrado”?
P.B.: Se está trabajando en eso. Aunque quede claro que sin excepción alguna que no se podrá fumar en lugares cerrados, públicos o privados con acceso público, la reglamentación es muy necesaria, porque si no van a empezar las nuevas excusas, sobre si el techo se puede abrir, si la pared pudiera ser de una ligustrina, etc. Hecha la ley, hecha la trampa.
P.: Desde el Gobierno porteño afirman que sólo hay 10 bares que tienen la habilitación para sector fumadores. Sin embargo, son muchos más lo que poseen ese espacio. ¿Por qué costaba tanto el trámite?
P. B.: Al no estar reglamentado el artículo 21, los propietarios decían que no podían hacer las reformas necesarias. Y a su vez, no se reglamentaba porque nosotros tampoco estábamos muy seguros de cómo se podía cumplir la posibilidad de extraer con una ventilación apropiada las toxinas o las partículas cancerígenas del cigarrillo, que son más de 40, entre ellas amoníaco, monóxido de carbono y níquel. Hoy se confirmó que ningún sistema es capaz de hacerlo y que las partículas quedan en el aire por 14 días.
Eso ocasionó que los locales habilitados con anterioridad siguieran funcionando, aunque no consiguieran específicamente la habilitación, porque en realidad fueron menos de 10 los que hicieron una inversión importante en ventilación. Y muchos de los lugares sin la habilitación nueva fueron multados, por no respetar que los espacios para fumadores no estuvieran cerca de los baños, ni totalmente aislados, ni que tuvieran sus puertas cerradas.
P: ¿Qué expectativas tiene con esta nueva reforma?
P.B.: Seguir avanzando en la disminución de consumo de tabaco, sobre todo en la edad de inicio en que los chicos, como dijo Ginés González García, no son libres de decidir. Cuando tenés 12, 13 o 14 años, todavía tu voluntad no está conformada del todo como para decir “soy libre de elegir esta adicción”.
P.: ¿Por qué considera que Argentina no adhiere al Convenio Marco de Control del Tabaco?
P.B : Porque existen presiones de los productores tabacaleros, que están convencidos, a mi criterio, de manera equivocada, que ratificar el Convenio significa derribar el cultivo del tabaco y echar por tierra muchas fuentes laborales. Me parece que hay una mala interpretación del Convenio. Pero no vamos a bajar los brazos porque tiene dos herramientas poderosas que son los ambientes 100% libres de humo y la prohibición total de la publicidad, que es un factor poderoso para iniciarse en la adicción.
P.: ¿Algo que quiera agregar?
P. B.: Sí, quiero agregar un mensaje esperanzador, porque cuando hablamos de estos temas no tenemos que olvidar que no sólo queremos tener una generación de chicos que no fumen, sino que también queremos darle la oportunidad a aquellos que deseen dejar de fumar que lo hagan. Por eso la ciudad de Buenos Aires tiene un número que es el *147, o el 0800 33 SALUD donde pueden recurrir y pedir ayuda, porque hay profesionales muy serios y medicamentos gratuitos. Y finalmente transmitir que se puede, se puede tener ambientes 100% libres de humo y se puede también vivir más saludablemente.