La Unidad de Atención Inmediata (UPA, por sus siglas en portugués) de Foz do Iguazú, localidad brasileña limítrofe con Argentina y Paraguay, había sido puesta en cuarentena desde este jueves a las 9 de la mañana por la llegada de un caso sospechoso de ébola que habría estado en Sierra Leona hace 23 días. Sin embargo, se trató de una falsa alarma, ya que se verificó que el paciente nunca había estado en ese país.
El ministro de Salud, Charles Bortoli, había declarado que el paciente relató que había estado en Sierra Leona, el segundo país con el mayor número de afectados. Sin embargo más tarde, un comunicado de la Secretaría de Salud del Estado de Paraná, confirmó que se trató de un error de interpretación y comprobaron tras revisar el pasaporte del paciente, que había estado en China, Dubai, Italia y Líbano, pero no en el país africano.
Tanto los pacientes que estaban en la UPA en aquel momento así como los médicos habían sido aislados, cumpliendo así con los protocolos internacionales indicados para este tipo de alertas. También las calles de acceso a la unidad de salud fueron clausuradas. Sin embargo, Bortoli había advertido que por sus síntomas el paciente podría haber tenido malaria.
El ébola tiene un período de incubación de hasta 21 días y un afectado es capaz de contagiar a partir de los primeros síntomas que van desde fiebre hasta fatiga, dolores abdominales, vómitos y hemorragias, tanto internas como externas.
