Aumentar el contenido de selenio y de las vitaminas C y E en la dieta podría ayudar a reducir el riesgo de padecer cáncer de páncreas. Así lo indica un artículo publicado en la revista científica Gut, que revela los resultados del estudio EPIC, una investigación prospectiva sobre dieta, cáncer y salud realizada en siete países de Europa. Si se comprueba la asociación entre dichos nutrientes y la disminución de la enfermedad, uno de cada 12 casos de tumores pancreáticos podría prevenirse.
Más de 250 mil personas mueren por año en el mundo debido a este tipo de cáncer, que resulta ser el de peor pronóstico: tan solo tres de cada 100 enfermos sobreviven luego de cinco años de detectado el mal. Existen ciertos factores de riesgo comprobados, como una predisposición genética, el tabaquismo y la diabetes tipo 2, pero la dieta también podría jugar un rol importante en el desarrollo de la patología, explicando por qué el número de afectados varía en forma considerable entre los diferentes países.
Los participantes del estudio provenían de regiones con hábitos alimentarios diversos, representativos de la dieta mediterránea y de la del centro de Europa. Esto permitió aumentar la variabilidad de la ingesta y poner en evidencia las asociaciones entre el cáncer y la alimentación. Entre 1993 y 1997, una de las múltiples fases del estudio incluyó a más de 23.500 personas de entre 40 y 74 años. Cada una completó un diario donde registró todos los alimentos consumidos durante siete días y el modo en que estos se prepararon. Los investigadores analizaron luego los valores nutricionales de la dieta a través de un programa computarizado llamado DINER.
Después de 10 años de seguimiento, 49 participantes desarrollaron un cáncer de páncreas. De ellos, el 55% era de sexo masculino. Hacia el año 2010, este número aumentó a 86 (con un 44% de hombres). Después del diagnóstico, la sobrevida de los enfermos fue, en promedio, de seis meses.
Como parte del estudio, los científicos compararon la dieta de los individuos que desarrollaron cáncer de páncreas con la de 4000 personas sanas, para ver si existían diferencias en cuanto al contenido y al valor nutricional. El análisis demostró que el riesgo de adquirir la enfermedad fue menor para las personas que consumían más selenio (aquellos que estaban en la franja superior de consumo) que para aquellos que ingerían menor cantidad de ese micronutriente. Y cuando el análisis incluyó el consumo de vitaminas C y E, sumado al de selenio, el riesgo de presentar cáncer de páncreas fue aún más bajo (67%).
Según los autores del estudio, si a través de otras investigaciones se comprueba que existe una relación de causa-efecto entre el consumo de estas sustancias y la reducción de los cánceres de páncreas, se podría entonces prevenir uno de cada 12 casos de la enfermedad mediante una modificación de la dieta.
Los antioxidantes, como el selenio, actúan neutralizando los productos de desecho del metabolismo de las células y estimulando al sistema inmunológico. Otros estudios que evaluaron la acción preventiva de ciertos suplementos dietéticos que contienen estos micronutrientes no mostraron resultados tan alentadores como los de EPIC, pero se cree que esto podría deberse a que dichas sustancias se comportan de manera diferente cuando provienen de su fuente natural.