Científicos argentinos dieron un paso adelante en el estudio del tumor mamario más agresivo, al crear un modelo de estudio que, aseguran, abre caminos para desarrollar terapias orientadas a bloquear las metástasis. Los resultados del trabajo fueron publicados en la edición de septiembre de la revista internacional Cancer Biology & Therapy.
El cáncer de mama es la patología maligna de mayor incidencia en la población femenina a nivel mundial. En Argentina, también es la primera causa de muerte por este mal en mujeres según las últimas cifras oficiales del Ministerio de Salud y del Instituto Nacional del Cáncer. Pero no es una única enfermedad, sino que existen distintos tipos genéticos que presentan características clínicas particulares. De ellos, los llamados “triple negativo” (aquellos que no expresan tres tipos de receptores) representan un 15 % de todos los tumores mamarios y suelen ser los de peor pronóstico.
Este tipo de bulto “no cuenta al momento con terapias específicas y, si bien se trata con quimioterapia convencional, presentan alta tasa de recurrencia y mortalidad”, indicó el doctor José Mordoh, jefe del Laboratorio de Cancerología del Instituto Leloir y director del Centro de Investigaciones Oncológicas de FUCA.
El método
Lo que hicieron Paula Roberti, Marcela Barrio, Mordoh y otros colegas fue cultivar células provenientes de un cáncer de mama humano “triple negativo”, las cuales fueron luego inoculadas en ratones de experimentación, que permiten el crecimiento de células humanas sin rechazarlas.
“Las células resultaron ser metastásicas en el ratón al invadir los ganglios: un proceso semejante al que ocurre en la enfermedad humana”, precisó Mordoh. Tras varios ciclos de crecimiento de este tejido enfermo, los científicos lograron obtener células significativamente más agresivas.
Hallazgos
El equipo del investigador evaluó a más de 160 proteínas presentes en los tumores metastásicos y estableció una categorización entre aquellas que experimentaron mayor y menor cambio. “Sobre ellas profundizaremos nuestras investigaciones”, anticipó Mordoh, quien agregó que en base a ese conocimiento “se podrían diseñar fármacos que ataquen moléculas fundamentales del proceso metastásico para impedirlo”.
Para profundizar en los mecanismos moleculares que subyacen al proceso, los científicos realizaron una comparación entre las células originarias y las metastásicas mediante una tecnología que permite evaluar los cambios de ciertas proteínas celulares.
Ya comenzaron los estudios pre-clínicos, tanto en cultivo de células como en animales. “De funcionar todo bien, los primeros ensayos clínicos podrían comenzar en un año; durar unos tres años, y si todo continúa de acuerdo a lo esperado se podría avanzar hacia una posible aprobación en unos cinco años”, indicó Mordoh.
La investigación se ha desarrollado de manera conjunta por la Fundación Instituto Leloir, FUCA y el Instituto Alexander Fleming. Las instituciones que apoyaron este estudio fueron la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, el CONICET, FUCA, la Fundación Sales, la Fundación María Calderón de la Barca y la Fundación P. Mosoteguy.
Fuente: Agencia CyTA-Instituto Leloir