El equipo médico de cirugía cardiovascular del hospital El Cruce “Néstor Kirchner”, de Florencio Varela, retiró del corazón de un joven de 19 años un clavo que se le había incrustado tras recibir el disparo de una pistola neumática mientras trabajaba en una maderera de la localidad bonaerense de Cañuelas.
“La evolución del paciente es muy buena y ayer se le retiró el respirador”, indicó el doctor. Marcelo Nahín, quien dirigió la cirugía, practicada de urgencia el pasado lunes.
En tanto, el director ejecutivo del hospital, Arnaldo Medina, indicó que “sólo tres personas sobrevivieron a esta lesión en el mundo, en casos ocurridos en Estados Unidos, Australia y Polonia”, y añadió que “es la primera vez que sucede en la Argentina, con un elemento cortante como es un clavo”.
El médico subrayó que “en estos casos es muy importante la experiencia previa del equipo de cirugía, que permitió que no se le retirara el objeto inmediatamente, ya que funcionaba como una especie de tapón evitando la hemorragia”, y añadió que “contar con gente que puede trabajar en todo momento, y que viene realizando cirugías cardiovascualres y trasplantes nos da un training para abordar este tipo de operaciones”.
Los profesionales explicaron que el clavo, de ocho centímetros de largo, atravesó el esternón y el ventrículo derecho del corazón, y quedó alojado en la cavidad cardíaca.
«En el quirófano se procedió a la apertura del hueso del esternón con mucho cuidado porque se corría el riesgo de chocar con el clavo y agrandar la herida cardíaca”, relató Nahín, y añadió que “y ya con el elemento perforante a la vista realizamos la extracción manual del cuerpo extraño, que se había incrustado en la cara anterior del ventrículo derecho”.
La exitosa operación duró más de dos horas y además de Nahín participaron el doctor Jorge Troncoso, el anestesiólogo Daniel Hermoso, y los instrumentadores Marcela Caruso y Daniel Moyano.
El accidente
El lunes pasado, el joven de 19 años, de quien no trascendió la identidad, recibió un disparo de una pistola neumática mientras realizaba su labor habitual en una fábrica de pallets de madera de localidad de Cañuelas. Otro operario manipulaba la herramienta cuando esta se disparó.
El joven fue trasladado a Hospital “Dr. Angel Marzetti” de esa ciudad, donde le realizaron una placa de tórax y observaron que el elemento estaba alojado en el corazón. Con ese diagnóstico, a las 23 del mismo lunes, ingresó al Hospital El Cruce, donde le practicaron una tomografía computarizada que confirmó la herida penetrante cardíaca. El diagnóstico obligó a los profesionales a realizar de urgencia la extracción del clavo y la cirugía de reparación cardíaca.
Nahín explicó que “las pistolas de clavos son herramientas poderosas y fáciles de operar que aumentan la productividad en las tareas de clavado, pero que también son responsables de alrededor de 37 mil visitas anuales a salas de emergencias de trabajadores de la construcción en los Estados Unidos”.
Estas herramientas causan decenas de miles de lesiones graves todos los años en aquel país y llegan a provocar la muerte de trabajadores de la construcción por traumatismos graves.
El cirujano señaló que “más de la mitad de las lesiones por pistolas de clavos reportadas en EEUU ocurrieron en manos y dedos. Luego le siguen lesiones en las piernas, rodillas, muslos y pies, mientras que son menos comunes las del antebrazo o la cintura, la cabeza o la nuca, y el tronco”.
Según explicó el médico, “en ese país también se han reportado lesiones por pistolas de clavos en la columna vertebral, la cabeza, el cuello, los ojos, órganos internos y huesos, causando parálisis, ceguera, daño cerebral, fracturas de huesos y muertes”.