Las mordeduras de serpiente matan cada año a 100.000 personas en el mundo por falta de antídotos efectivos y disponibles, es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido nuevas directrices de cómo producir, regular y controlar dichos medicamentos.
Cada año cinco millones de individuos son mordidos por una serpiente, la mitad de ellos se envenenan, de éstos 100.000 mueren y otros 300.000 sufren amputación de algún miembro o padecen una discapacidad permanente.
Las mordeduras de los reptiles venenosos pueden causar parálisis de los pulmones, hemorragias, obstrucción irreversible de los riñones y destrucción de tejidos que pueden llevar a la amputación.
A pesar de esta cruda realidad, la OMS ha detectado que no hay suficientes ni adecuados antídotos en el mercado en general, ni en los países donde deberían estar, especialmente los situados en las zonas tropicales de África, Asia y América Latina.
«Hoy enfrentamos una crítica escasez de antídotos apropiados, seguros y efectivos a causa de varios factores: falta de datos sobre las serpientes, dificultad de estimar las necesidades y por tanto definir los mercados, y falta de regulación, entre otros», señaló en rueda de prensa el doctor Rago Lembit, responsable del programa sobre antídotos de la OMS.
Con respecto a la producción, la entidad alerta que muchos fabricantes hace años que dejaron de producir y los que continúan venden los antídotos a precios inaccesibles para las personas que los necesitan. De hecho, según la OMS, la total escasez de esta medicina es inminente en África y en algunos países de Asia.
«Los antídotos tienen que ser muy específicos, deben actuar para cada determinado tipo de serpiente que vive en una zona concreta, dado que la misma especie no actúa ni envenena igual dependiendo de donde vive», agregó Lembit. Es por ello, que el organismo sanitario de Naciones Unidas ha establecido nuevas directrices sobre cómo producir, regular y controlar estos remedios.
Asimismo, la OMS ha creado una página web en la que se puede encontrar qué tipo de serpientes viven en qué país, cuáles de ellas son potencialmente venenosas y cómo deben tratarse los pacientes que son mordidos.
Esta información se distribuirá entre los funcionarios de salud pública, los reguladores nacionales de medicamentos, las agencias de compra, los productores de antídotos, los profesionales de la salud y la población en general.