Científicos argentinos inhiben crecimiento tumoral con plantas

Chañar, una de las especies estudiadas por los científicos.

Investigadores de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) descubrieron agentes antitumorales en especies vegetales naturales de Mendoza y lograron inhibir el crecimiento de las células tumorales en estudios «in vitro», informó la casa de estudios.

Los científicos verificaron que mediante la aplicación de esos extractos «a muy bajas concentraciones, se inhibe el crecimiento de las células tumorales».

En Mendoza existen más de 500 especies que, según los usos medicinales tradicionales, tienen efectos benéficos para el cuidado y la preservación de la salud, cinco de la cuales pueden ser utilizadas en tratamientos de tumores, según una investigación que se desarrolla en esa universidad.

«Análisis y comparación del efecto citotóxico inducido por extractos de vegetales autóctonos mendocinos sobre células tumorales humanas», es el título de la investigación que dirige el doctor Carlos Gamarra Luques, de la Facultad de Ciencias Médicas, y financia la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la UNCuyo.

Entre las múltiples especies de las que la medicina folclórica describe distintos usos en el cuidado y preservación de la salud se cuentan Tessaria absinthioides (pájaro bobo), Geoffroea decorticans (chañar), Prosopis strombulifera (retortuño), Schinus molle (aguaribay) y Larrea divaricata (jarilla).

Son vegetales autóctonos de los que están científicamente documentadas sus propiedades antiinflamatorias, antifebriles, antibióticas, insecticidas y antioncológicas, pero como en este último caso la información era escasa e insuficiente se decidió la investigación.

El objetivo del estudio es profundizar, describir y comparar las acciones antiproliferativas -que impiden dividirse y seguir creciendo a las células- sobre líneas celulares de cáncer humano, de los compuestos químicos contenidos en los extractos acuosos de esas especies.

«Esto puede ser muy significativo, ya que si se lograra evitar que las células cancerosas proliferaran, sería algún tipo de blanco terapéutico, algún tipo de terapia positiva para esta enfermedad», explicó Gamarra Luques respecto al proyecto, que comenzó en 2001 con las cinco plantas citadas.

El procedimiento consistió en hervir las hojas para obtener el extracto y agregarlo a los medios de cultivo usados para hacer crecer células tumorales «in vitro», en distintas concentraciones.

«Las obtenemos siempre en el mismo lugar geográfico porque la planta, dependiendo del agua o si se expusiera a insecticidas, podría tener distinta composición de químicos», indicó.

«Nosotros la sacamos de un campo virgen, en Lavalle, cuando la planta está en flor. Una vez cosechadas tenemos 48 horas para separar todas las hojas de los tallos, los frutos, las flores y las raíces», explicó el docente.

El extracto actúa sobre la célula y por distintos mecanismos hace que, primero, no se divida más. Y al no poder dividirse -que es una función vital para el corpúsculo-, la célula tiene mecanismos que determinan su propia muerte.

Como resultado de los ensayos los investigadores hicieron un hallazgo interesante, explicó el director del equipo.

El estudio se realizó «en estos cinco compuestos, pero fueron bastante importantes los descubrimientos que se obtuvieron sobre el retortuño, porque no había sido descrito nunca» y ha resultado eficaz «en mínimas dosis».

«No había ninguna propiedad antiproliferativa descripta para Prosopis y nosotros encontramos que, a muy bajas concentraciones, se inhibe el crecimiento de las células tumorales y si les damos un poquito más, se empiezan a morir», detalló.

Gamarra Luques dijo a Télam que están «muy contentos» con el hallazgo pero apuntó que «obviamente, es una investigación que recién empieza» y está en una «fase preliminar».

El equipo trabaja en «algo equivalente a un té, que podría estar conteniendo cientos de compuestos químicos, algunos de los cuales actuando sinérgicamente entre sí podrían interferir con la proliferación de células tumorales `in vitro`», explicó.

«Hoy lo que estamos haciendo es detener la proliferación de células cancerígenas, pero en un modelo `in vitro`. Trabajamos con líneas celulares que son modelos biológicos a partir de ciertos tipos de cáncer», señaló, y lograron «parar la proliferación hasta inducir la muerte» de las células tumorales «mediante el tratamiento con estos compuestos».

Los investigadores comenzaron a «publicar estos resultados en las revistas científicas de reconocimiento internacional» y a informar sobre este estudio «en congresos académicos», comentó.

«Es un hallazgo. En algunos de los extractos no había reportado ninguna actividad. Lo más novedoso es la actividad de tres compuestos: Prosopis strombulifera, Tessaria absinthioides y Geoffroea decorticans», precisó Gamarra Luques.

El jefe del equipo de la UNCuyo dijo que la investigación está «en una etapa de estudio básico-científico, que no incluye pacientes ni la participación de la industria farmacéutica». 

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