Un equipo de científicos de todo el mundo ideó una estrategia para hallar una cura al virus del sida, un esfuerzo inspirado por la historia de un paciente estadounidense llamado Timothy Ray Brown, quien se habría curado de la enfermedad.
El tratamiento de Brown, conocido también como “el paciente de Berlín”, se realizó en la capital alemana e incluyó la destrucción de su sistema inmunológico y un trasplante de células madre de un donante con una inusual mutación genética que resiste la infección de VIH.
Este procedimiento es muy costoso y difícil para reproducir a gran escala. Aún así, en los años siguientes a su exitoso tratamiento en 2007, la historia de Brown se convirtió en una referencia para científicos que creen que es el momento para buscar una cura para el sida.
Desde que la epidemia de esta enfermedad, causada por el virus de inmunodeficiencia humana comenzó hace 31 años, los científicos hicieron grandes progresos en el tratamiento. Las muertes relacionadas con el sida cayeron a 1,7 millones en el último año desde los 1,8 millones en el 2010, según el último informe del Programa de Naciones Unidas para el sida (ONUSIDA).
Los cócteles de poderosos fármacos contra el VIH pueden mantener la infección sin desarrollarse por años, pero el virus se mezcla con el ADN de células especiales del sistema inmunológico, donde permanece latente y lejos del alcance de los medicamentos. Por eso los pacientes positivos deben tomar medicamentos de por vida.
Como resultado de un mejor acceso a tratamientos, más pacientes con VIH llevan vidas casi normales, pero el número de personas que necesitan de los fármacos va en aumento, elevando los costos futuros de las terapias.
«El tratamiento es de por vida y sabemos que es importante actualmente y que puede frenar la expansión del virus», dijo Michel Sidibé, director ejecutivo de ONUSIDA.
Pero añadió que el tratamiento no debería ser un fin en sí mismo.
«Si continuamos creyendo que es el final, entonces tendremos el desafío de llegar a ‘cero'», dijo Sidibé, refiriéndose a la meta de poner fin a la epidemia.
«Es un primer paso», dijo Françoise Barré-Sinoussi, quien ganó un premio Nobel por su papel en identificar el virus de la inmunodeficiencia humana. Es la copresidenta del Grupo Internacional de Trabajo por una Cura para el VIH, que divulgó sus propuestas para una cura el jueves.
Barré-Sinoussi dijo que el próximo paso será demostrar la rentabilidad de la estrategia. Ese trabajo comenzará en conjunto con la conferencia de la International Aids Society, que se llevará a cabo del 22 al 27 de julio en Washington.
Deshaciéndose del virus
El doctor Steven Deeks, del departamento de VIH/sida de la Universidad de California San Francisco, quien es copresidente del grupo de trabajo, dijo que los profesionales de la salud ven una creciente necesidad de «cambiar (el enfoque) de bloquear el virus a deshacerse de él».
En vez de intentar replicar el tratamiento recibido por Brown, los investigadores buscarán una respuesta similar de una manera que sea menos costosa y más fácil de reproducir.
Una de las primeras tareas, según Deeks, será el continuar con la investigación básica en laboratorios para entender por qué el virus persiste en el cuerpo y dónde se esconde.
Los científicos tendrán también que entender la función del sistema inmunológico en pacientes infectados con VIH y determinar si la inflamación cumple un papel en la protección del virus.
Otros equipos necesitarán determinar por qué algunos afectados desarrollan anticuerpos contra el VIH, lo que les permite controlar la infección, y si este hecho puede aplicarse a la búsqueda de una cura.
Deeks dijo que los médicos necesitan mejores análisis para medir los niveles del virus. Además, los investigadores deberán desarrollar fármacos que obliguen a salir al patógeno de los lugares del organismo donde se asienta, haciéndolo más vulnerable al tratamiento, y también poderosos medicamentos para reforzar la capacidad del sistema inmunológico para combatir la infección.