Los holandeses, franceses y suizos son los que mejor se alimentan del mundo, mientras que los ciudadanos de Chad, Etiopía y Angola están a la cola en nutrición, según un estudio publicado por Intermón Oxfam.
El índice «Good Enough to Eat» («Suficientemente bueno para comer») elaborado por la ONG, evaluó la situación alimentaria en 125 países del mundo teniendo en cuenta cuatro factores: la disponibilidad de alimentos, el precio de estos, su calidad y la salud de los habitantes en función de la dieta.
A la cabeza de esta clasificación se sitúan, por este orden, Holanda, Francia, Suiza, Austria, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Australia, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Portugal.
La ausencia de desnutrición y el acceso a agua potable son los factores que más pesan en la buena clasificación de estos países.
Holanda destaca entre los europeos por el relativamente bajo precio de los alimentos, los bajos niveles de diabetes y su mayor diversidad nutricional, aunque el índice de obesidad es alto, según los datos de Intermón.
Por el contrario, los peores puestos son ocupados por Chad, Etiopía y Angola, todos ellos en el continente africano.
En Chad el principal problema es el alto precio de los alimentos, solo superado en Guinea y Gambia, a lo que se suma la mala calidad de la comida y el limitado acceso a la sanidad, escollos comunes entre los estados más pobres, donde el gasto en comida supone de media un 75 % de los ingresos familiares.
Algunos de los países más ricos, como Estados Unidos y Reino Unido, no se encuentran en la parte alta de la clasificación.
Esto se explica por sus altos niveles de obesidad o diabetes, así como por los elevados y volátiles precios de los alimentos, que son los problemas más frecuentes entre los países ricos.
Si se tiene en cuenta cada variable, los datos revelan que Burundi es el país con el nivel más alto de desnutrición entre sus habitantes, y que la India registra la mayor tasa de niños con un peso inferior al saludable.
Respecto a la calidad de los alimentos, la máxima se da en Islandia y la mínima en Bangladesh y Lesoto, en tanto que Mozambique es el país con peores condiciones de acceso a agua potable.
Por último, obesidad y diabetes alcanzan sus tasas más altas en Kuwait y Arabia Saudí, respectivamente, y las más bajas en Bangladesh y Camboya.
De acuerdo con Intermón Oxfam, el consumo excesivo, el uso ineficaz de los recursos y su desperdicio son las causas que explican que siga habiendo hambre pese a que «hay suficientes alimentos para todos», señaló la organización.