Recomendaciones para evitar la hinchazón de panza después de comer

Cómo deshinchar la panza (Foto: Pixabay)
Cómo deshinchar la panza (Foto: Pixabay)

«A pesar de ser una queja muy frecuente en la consulta, la producción de gases, como el hidrógeno y el metano, es un proceso normal y necesario, sobre todo después de comer ciertos alimentos. Todos tenemos gases después de comer. Significa que las bacterias están haciendo su trabajo, es decir, están ayudándonos a digerir alimentos que los seres humanos somos incapaces de digerir», afirma Verónica Martín Domínguez, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Princesa de Madrid.

Si bien es algo normal, el problema surge cuando la situación afecta la calidad de vida de las personas, cuando se produce hinchazón excesiva o molesta, dolor abdominal, flatulencia abundante, exceso de eructos, gases incontrolables o imposibilidad para comer. Según la experta, la distensión abdominal no es en sí misma un indicio de una enfermedad orgánica, especialmente cuando se asocia a comidas muy grasosas o fibrosas, o cuando está relacionada con el estreñimiento, el estrés, o la menstruación. «En estos casos es más acentuada por la tarde y mejora por la mañana o tras la defecación, y suele aparecer de forma ocasional o aislada, pudiendo ser una manifestación de un trastorno funcional, es decir, de un trastorno leve, del que no se encuentran alteraciones fisiopatológicas observables en las pruebas diagnósticas», destaca la doctora Martín.

Sin embargo, cuando la hinchazón aparece de forma diaria y continúa, después de una comida “ligera” o si es excesiva y dolorosa, puede ser una manifestación de algún otro problema digestivo asociado, especialmente si va asociada a otros síntomas.

Pueden haber muchas causas del meteorismo pero generalmente están asociadas a 4 causas principales.

El primer factor de la acumulación excesiva de gases está frecuentemente asociado al estreñimiento o un tránsito intestinal lento. También puede deberse a comer deprisa, o tragar aire (aerofagia), o a beber bebidas gaseosas carbonatadas como refrescos o cerveza; y todo ello puede estar agravado por un estilo de vida sedentario.

Además, puede ocurrir una producción de gases excesiva por una alteración de la composición de la microbiota (flora bacteriana) normal del individuo, que hace que se produzcan demasiados gases (como hidrógeno, metano, dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno), acompañados de flatos fétidos, dolor o diarrea, tras una comida normal, no abundante o no flatulenta. En ciertos casos, las bacterias autóctonas del colon pueden migrar al intestino delgado y producen un sobrecrecimiento bacteriano intestinal. La producción excesiva de gases también puede ser síntoma de otras enfermedades como la celiaquía o las intolerancias alimentarias a carbohidratos (como lactosa, fructosa o sorbitol).

También hay personas que, sin tener un aumento evidente de gases intestinales, se sienten hinchadas, y esto es por un problema de percepción que se llama hipersensibilidad visceral, es decir, son personas con una mayor sensibilidad a la producción normal de gases, así como un umbral de dolor más bajo. Esto suele estar asociado al estrés y a otros fenómenos de hipervigilancia digestiva.

La hinchazón abdominal también puede ser debida a un mecanismo menos conocido, que se denomina ‘disinergia abdomino-frénica’, que está asociado con un mecanismo alterado de la acomodación de la pared abdominal. Esto significa que la persona distiende o relaja involuntariamente la pared abdominal sin tener exceso de gases. En estos casos, la Dra. Martín Domínguez recomienda consultar al medico si sufrimos una pérdida de peso, sangre en las deposiciones, náuseas, vómitos, dolor abdominal excesivo, cambio en el ritmo intestinal, aparición reciente de diarrea, que no mejora con dieta astringente. Se debe prestar atención mayor a los síntomas, especialmente si el paciente es una persona mayor de 60 años.

La Dra. sugiere que antes de empezar a tomar cualquier medicación recomendada por el farmacéutico, lo primero que debemos hacer para evitar la hinchazón después de comer es seguir las recomendaciones de una vida saludable: «A veces estamos comiendo alimentos que producen gases y no lo sabemos o, a veces, con un ligero cambio en nuestras costumbres de alimentación podemos conseguir muchos progresos en la hinchazón o incluso eliminarla por completo». Los especialistas recomiendan algunas pautas para conseguir una buena salud intestinal.

Comer sentado en un ambiente tranquilo y sin prisas.

Masticar muy bien los alimentos.

Evitar las comidas abundantes

Fraccionar la dieta en 5-6 pequeñas comidas al día (desayuno, media mañana, comida, merienda, cena).

Intentar mantener unos horarios de comida regulares, y no se saltearse ninguna comida.

Cenar al menos 2 horas antes de acostarse.

Elegir cocciones poco grasas como los hervidos, al horno, plancha, al papillote, al vapor, y evitar los fritos, rebozados y guisos grasos.

En lo posible, consumir la comida recién hecha y evitar recalentarla.

Hacer ejercicio físico habitual, 2-3 veces por semana, es fundamental para favorecer la digestión, el tránsito y la salud digestiva.

En cuanto a las dietas, la especialista reconoce que no hay una específica para la hinchazón o el meteorismo, y dice que puede ser «difícil o imposible» para los pacientes identificar con exactitud qué alimentos o componentes de los alimentos pueden ser los causantes de la hinchazón o el dolor. «En líneas generales, se recomienda elegir algunos alimentos (menos flatulentos) y evitar otros que suelen producir digestiones más lentas o pesadas, y además pueden ser menos saludables” señala.

Se recomienda consumir cereales como la avena en copos o el arroz inflado aunque no en exceso. El pan y los alimentos como pastas o harinas integrales son beneficiosas para el estreñimiento, pero suelen producir hinchazón y gases, por lo que se deben consumir con moderación.

Es conveniente evitar alimentos de pastelería, de pan congelado o precocinado, galletas de chocolate o manteca, snacks, patatas fritas, aunque si se quiere comer galletas, es preferible que sean cracker. Además, se pueden consumir pastas (si no hay intolerancia al gluten) tipo macarrones, fideos, tallarines, sémola, sin problema; siempre y cuando las salsas acompañantes sean saludables, sin grasas, mantequilla, sofritos, etc.

El arroz blanco hervido se puede consumir siempre que sea recién hecho, para evitar consumir el almidón que sale al enfriarse.

Las legumbres se pueden consumir en cantidad moderada.

Los lácteos, los yogures deben ser desnatados; se debe evitar el yogur griego, los quesos curados, los postres lácteos como las natillas o el flan.

Es mejor consumir las verduras preparadas cocidas, al vapor o a la plancha y evitar las más flatulentas como la col, la coliflor, los espárragos, los porotos, la col de bruselas, la cebolla, o el ajo, entre otros.

Comer al menos una fruta al día y un máximo de tres.

Se puede consumir el pollo jamón serrano sin grasa, huevo duro, claras de huevo pero evitando comer la piel del pollo o embutidos como las salchichas, el hígado, las hamburguesas, el salchichón, el paté, o el chorizo.

Consumir mermeladas en poca cantidad; en lo posible elegir la estevia, aspartame o sacarina.

En cuanto a bebidas, es mejor no consumir café, té descafeinados, y gaseosas, pero en caso de tomarlos es preferible que sean sin gas, como aguas saborizadas o jugos frutales y naturales.

Tomar al menos 2 litros de agua al día; evitar el vino, la cerveza y las bebidas con alcohol.

Preferir aceites vegetales como el aceite de oliva o de girasol.

Evitar el chocolate, los bombones, o los chicles.

Evitar consumir comida rápida tipo pizza, salsas picantes o comidas muy condimentadas.

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